La línea editorial de 'ETB' hunde la audiencia de los informativos

Donostia. La línea editorial marcada por el equipo de Alberto Surio está teniendo serias consecuencias en los resultados de los informativos de las dos cadenas, más en los de ETB-2. En 2009 eran los más vistos en Euskadi, aunque el liderazgo venía determinado por el comportamiento de la audiencia en el primer semestre. Hoy, son la tercera opción tras perder en la segunda cadena cerca de un 32% de los espectadores.

El balance de junio de 2011 es desolador y muy preocupante si se enfrentan los datos de los dos años. El antes y el después tiene varios análisis, pero dos son fundamentales: los fríos porcentajes estadísticos y los incidentes y modificaciones que se han sucedido desde que EiTB fue uno de los puntos calientes para firmar el acuerdo de gobierno entre PSE y PP.

Los números no dejan lugar a ninguna duda. En junio de 2009, mes en el que Alberto Surio fue designado director general del ente y Miguel Ángel Idígoras director de ETB, el estado de salud de los informativos era muy diferente al actual. El primer Teleberri tenía una cuota de pantalla del 21,5% y la media diaria de espectadores era de 123.000 personas. Dos años después, esa cuota de pantalla se ve reducida en casi ocho puntos, un 13,6% y pierde 42.000 espectadores, un 36,2% menos. A día de hoy, esa franja la gana en porcentaje Telecinco con un 20,4% -6,8 puntos más que ETB-2-, seguida de TVE con la que empata en número de espectadores, pero con un share inferior, 19,8%.

La noche para TVe Los espectadores vascos tampoco eligen la noche informativa de ETB-2 y se quedan con La Primera, que tiene una ventaja de 6,4 puntos sobre la cadena de Euskal Telebista. Telecinco es la segunda opción con 17,6%, más de cinco puntos por delante. En números absolutos, El Teleberri 2 pierde respecto a 2009 30.000 espectadores y baja del 17,5% al 12,4% en cuota de pantalla.

El comportamiento de ETB-1 es más estable en resultados de informativos y las variaciones son menos acusadas: "Estos es debido a que el público que quiere ver la televisión en euskera no tiene más opción que seguir ETB-1, aunque la tendencia tampoco es al alza", señala un analista audiovisual.

Si los datos demuestran que un número importante de espectadores vascos han dado la espalda a las informativos de ETB-2, ciertos hechos justifican el porqué en muchos casos. Exclusión de una parte importante de la realidad social y política vasca, preponderancia de políticos del gobierno de Madrid y de los partidos firmantes del acuerdo para el gobierno de López, menosprecio a las informaciones más próximas a los ciudadanos vascos y un largo etcétera.

'La nueva pluralidad' "En su nueva línea editorial ETB no respeta la pluralidad de la sociedad vasca. No se atiende al mandato de 1993 del Parlamento Vasco para que la información política respete la proporcionalidad de los partidos políticos vascos. Hoy en ETB el PP cuenta con una sobre información de más de 10 puntos en relación a su representación real. Y además se mantiene el veto efectivo a la izquierda abertzale tradicional", aseguran diversas fuentes.

La apuesta por la pluralidad que vendió Miguel Ángel Idígoras en sus primeros discursos y entrevistas pronto se dejó notar. La primera actuación fue modificar las demarcaciones geográficas en el mapa del tiempo para dejar claros los conceptos que poco a poco se iban a afincar en el modelo de televisión que querían PSE y PP.

La relación de incidentes que se han producido a lo largo de estos dos años es larga. Pero hay algunos que destacan y que aún son heridas sin cerrar en el seno de la redacción de EiTB. En octubre de 2009 fueron destituidas dos editoras por un vídeo sobre las detenciones de dirigentes de la izquierda abertzale ilegalizada. Un año más tarde, dos redactoras son sancionadas por un vídeo sobre el aniversario del Estatuto de Gernika.

La falta de flexibilidad y cintura por parte de algunos miembros de la dirección de ETB se deja notar cuando Miguel Ángel Idígoras, director de la cadena, califica públicamente a través de una entrevista a su equipo de redacción: una parte es incendiaria y no deja asentar las bases de la nueva pluralidad y el resto mira hacia otro lado.