Donostia. Sin necesidad de preguntarle nada, Paddy Woodworth expresa su deseo de pronunciarse sobre la entrevista a Felipe González publicada por El País, que ha reabierto la herida de la guerra sucia. Pesa mucho la exhaustiva investigación que el escritor irlandés ha realizado sobre los GAL, que ha quedado plasmada en el libro Guerra sucia, manos limpias.

¿Se ha colocado Felipe González en la "X" de los GAL?

Me llama la atención que espontáneamente, sin ninguna provocación, haya desvelado esa oportunidad para matar a la cúpula de ETA en el año 90 o 91. Felipe González es un hombre muy inteligente, un político puro y duro, y me pregunto por qué ha elegido este momento para hablar de una acción que, de hecho, no tuvo lugar. Parece que ha vuelto a legitimar las acciones de los GAL, porque dice que estaba dispuesto a matar a gente a sangre fría. Es decir, que en un Estado donde no hay pena de muerte estaba dispuesto a matar a gente que no tiene condenas y que puede ser o no de ETA. Me parece muy siniestro.

¿Cuál es su teoría?

Espero que sea algo más sencillo, que Felipe está ya un poco viejo y quizás se ha soltado la lengua. Uno de los muchos problemas que no he podido resolver es el papel de González, si lo había, en los GAL. No se puede decir que sea culpable jurídicamente, porque no está probado en ningún juzgado, pero políticamente sí, porque era el responsable entonces y eran sus hombres los que estaban llevando los GAL, Barrionuevo, Vera, Sancristóbal, etc. Por comisión u omisión, era el responsable político de los GAL.

Siempre ha quedado la sombra de la duda sobre el expresidente.

Lo más raro de González es lo que en mi libro llamo el "léxico de la ambigüedad", porque cada vez que decía algo sobre los GAL siempre era para negar los hechos, pero con un segundo sentido en el que aseguraba que, en el fondo, estaba de acuerdo. Todas las declaraciones sobre las "cloacas del Estado", etc., eran en la misma línea. Yo me pregunto por qué el periodista de El País no le hizo otra pregunta, porque está claro que decía que, cuatro años después de los GAL, estaba dispuesto a llevar a cabo una acción de este tipo. Entonces, estaba de acuerdo con lo que hicieron los GAL.

González también dice que su decisión de no dar la orden para "volar" a la cúpula de ETA no tiene nada que ver con cuestiones morales.

No me sorprende en absoluto que esa sea su manera de pensar. Quedó claro incluso por afirmaciones de su mujer en su día [su exmujer, Carmen Romero], cuando dijo que no perdió ni un momento de sueño por los GAL porque estas cosas pasan en todos los países serios. Adujeron una razón de Estado, nunca lo declararon abiertamente, siempre mantuvieron una ambigüedad. Esta vez quizás con menos ambigüedad que nunca porque ha dicho que estaba dispuesto a matar a gente de esa forma. Sus declaraciones son rarísimas por muchas razones, porque lo que decía sobre Francia, que no estaba colaborando en ese momento, es ridículo, ya que casi en el mismo año detuvieron a la cúpula de ETA en Bidart de todas formas, sin matarles.

González se refiere en varias ocasiones al secuestro de Segundo Marey como una "detención" y asegura que si se salvó fue gracias a una llamada del entonces ministro del Interior, José Barrionuevo.

El empleo de la palabra detención es nuevo pero su punto de vista de que Barrionuevo había salvado la vida de Segundo Marey creo que lo dijo también en el juicio. De todas formas, es muy llamativo porque si Barrionuevo conoció el asunto, no debería haber hecho una llamada para liberarlo de esa manera, debería haber mandado a la Policía para detener a Sancristóbal, Amedo y compañía por un crimen de secuestro. Si Segundo Marey no hubiera sido un error de los GAL y hubiera sido un etarra, ¿qué habría hecho con la llamada? ¿Cuál habría sido la orden? Matarle, supongo.

Usted entrevistó a Rafael Vera. ¿Qué impresión le causó?

La de un hombre muy coherente consigo mismo, muy fuerte e inteligente. Rafael Vera cree de verdad en la teoría de la razón de Estado, que hay cosas que hay que hacer por el Estado, que son malas en otras circunstancias, pero que por el bien de todos hay que hacerlas. Y eso ha justificado para él su papel en los GAL.