DONOSTIA. Como una gran falacia digna del filme policiaco más indecente de Hollywood. Así puede describirse el oscuro suceso que azotó ayer a la localidad navarra de Lei-tza. ¿El motivo? Lo que comenzó siendo a primera hora un fallido atentado de ETA contra la casa cuartel Maxurrenea -del cual se hicieron eco los principales medios de Madrid y los partidos políticos sin poner en cuarentena las informaciones-, terminó transformándose a media mañana, y tras seis horas, en una de las mentiras más sonoras acontecidas en los últimos lustros en la Comunidad Foral. Un sonrojante engaño que estuvo gestado por un protagonista: el guardia civil Salvador Menéndez (de origen malagueño y de 34 años), quien mintió a sus superiores alegando que dos miembros de la banda terrorista le habían disparado cuatro tiros (uno en el brazo izquierdo y otros tres sobre el chaleco antibalas) pasadas las tres y media de la madrugada, cuando disipó la presencia de "extraños" en los aledaños de la citada casa cuartel y les reclamó su acreditación. Nada más lejos de la realidad.

Según apuntan las informaciones recogidas por este periódico, fue el propio agente quien, afectado por un episodio "delírico" -así calificaron su estado testigos presenciales-, pudo herirse a sí mismo al disparar, al menos, cuatro ráfagas con un arma automática, alguna de ellas contra el chaleco que, previamente, había depositado en el suelo. Al parecer, el joven agente se hallaba, por causas que se desconocen, en una zona oscura ubicada a unos 100 metros de Maxurrenea (en la ladera del monte) cuando comenzó a tirotear de forma intermitente sin un punto fijo, mientras proclamaba gemidos de dolor y gritos en los que advertía a sus compañeros "que no se acercaran, que se apartaran de la puerta, que les tenía a la vista y les estaba viendo". "Creemos que se refería a los imaginarios terroristas", añadieron las mismas fuentes, tras confirmar que en la zona "únicamente se encontraba el guardia civil y nadie más".

Los vecinos de Leitza también afirmaron que, a los pocos minutos de que se iniciaran los disparos, "las luces del cuartel se encendieron". "Han llamado varias veces al chico, pero éste no les contestaba. Por ello, un grupo de agentes ha abandonado sigilosamente Maxurrenea por la puerta de atrás sin que les viera, han realizado un rodeo y han asediado al agente para calmarle. Después han pedido un médico y se lo han llevado en una ambulancia", destacaron.

Error inicial Aunque a media mañana los efectivos de la lucha antiterrorista ya hablaban de que "la hipótesis del atentado perdía fuerza una vez analizadas la munición y las heridas del guardia civil", lo cierto es que las primeras investigaciones apuntaron erróneamente a ETA en todo momento.

De hecho, fuentes de la lucha antiterrorista informaron a Europa Press pasadas las 9.00 horas de que la Guardia Civil había acordonado la zona del cuartel por si los terroristas "habían abandonado en la zona un dispositivo para lanzar granadas".

En este sentido, tanto esta agencia de información como EFE publicaban minutos después -sobre las 10.00 horas- que "los terroristas pretendían atacar el cuartel de Leitza con un lanzagranadas ubicado en una ladera cercana, reproduciendo el método empleado en 2002 contra la casa cuartel de Urdax, y que los efectivos de la investigación habían encontrado a unos 100 metros del cuartel lo que parecía un dispositivo de tubos lanzaderas que habitualmente utiliza ETA para lanzar explosivos". Una información, ésta última, que finalmente resultó ser errónea, pues pasadas las 13.43 horas, desde el Ministerio del Interior se informó que "el artefacto localizado a 100 metros de Maxurrenea era un tubo de PVC que no presentaba detalles ni dispositivos sospechosos".

Además, el mismo comunicado dudaba de la versión ofrecida por Salvador Menéndez. "El disparo recibido por el agente fue efectuado a tan sólo un metro de distancia y el tiro detectado en su chaleco antibalas no le ha dejado en el tórax el inevitable hematoma que produce este tipo de impacto. A veces, incluso, puede llegar a romper alguna costilla", recogía el texto.

Por otra parte, cabe destacar que, a diferencia de las informaciones que, a cuenta gotas, llegaban a los medios procedentes de los efectivos de la lucha antiterrorista a los medios, la delegación del Gobierno de Navarra optó por el mutismo y su actuación fue más que ausente durante todo la jornada. La delegada Elma Saiz se limitó a visitar por la mañana al agente de la Guardia Civil y destacó, a su salida del centro hospitalario, que "lo único importante es que las noticias médicas son positivas y el guardia civil evoluciona favorablemente".

la familia no sabe "Nada" La familia del agente herido, con quien se puso en contacto NOTICIAS DE GIPUZKOA ayer por la tarde, dijo no saber nada y eludió posicionarse sobre la versión oficial, contradictoria a la dada por su allegado, que ya daba por descartada la hipótesis inicial del atentado y ponía en tela de juicio lo dicho por Menéndez. "No sabemos nada, de verdad. Nos han avisado esta noche de que Salva estaba herido y nos hemos trasladado hasta el hospital. No estamos al tanto de nada", relataron visiblemente nerviosos en el Hospital de Navarra. Tras ser preguntados por si el guardia civil mantenía su interpretación de los hechos, un familiar, enfadado, aseguró que "no habían hablado de los sucedido". "¿Por qué tengo que charlar con Salvador sobre lo ocurrido esta madrugada? No tengo ninguna obligación. De hecho, ni se lo he preguntado. Únicamente hemos hablado del tiempo", exclamó este familiar con apuro.

desliz de los partidos No sólo los medios de comunicación se apresuraron en apuntar a ETA como protagonista del siniestros acontecido en Leitza. Las muestras de condena de los distintos partidos políticos se sucedieron desde las diez de la mañana. Así, la delegada del Gobierno en Navarra anunció su visita al Hospital de Navarra a las diez de la mañana; a la misma hora, la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Pamplona expresaba su "apoyo al agente herido y su confianza en el Estado de Derecho para terminar con ETA", y el PPN valoraba 60 minutos después, a las 11.20 horas, la actitud del guardia como "un acto de valentía". CDN también destacó en un comunicado que "el Estado de Derecho nunca va a doblegarse" y que a ETA "sólo le queda la cárcel", y UPN tuvo palabras de "apoyo y cariño" para Salvador Menéndez. El agente que engañó durante más de seis horas al conjunto de la sociedad, a los medios de comunicación, partidos políticos y a su propio cuerpo policial.