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“Es un palo, pero debo levantarme”

Jokin Altuna, incapaz de consumar la revancha deseada ante Ezkurdia, lamenta su "mal" partido en la final que peores sensaciones le ha dejado

“Es un palo, pero debo levantarme”

iruñea - Exigente con su figura, sin paños calientes en la derrota y, al mismo tiempo, sin desmerecer en absoluto la txapela de Joseba Ezkurdia, un cabizbajo Jokin Altuna trató de poner palabras a un “duro golpe” del que está obligado a reponerse. Lo sabe y está decidido a hacerlo, si bien el 22-16 con el que terminó la final de ayer en el Navarra Arena es “un palo” mayúsculo para su genética ganadora. “He hecho una mala final, no he gozado nada, he tomado muchas decisiones malas y no he terminado nada satisfecho, porque tampoco he dado velocidad a la pelota. Es un golpe duro y de todas las finales que he jugado es la que peores sensaciones me deja”, subrayó el de Amezketa, que ni siquiera tuvo ganas de hincar el diente a lo sucedido en el 13-12, cuando vio fuera una pelota de Ezkurdia que le hizo entrar en ebullición. “Me ha parecido mala, pero no la he visto en la pantalla repetida y no soy nadie para reprochar nada al juez, porque tampoco ha sido la clave del partido”, manifestó, elegante y sincero, un pelotari que vio aplacada su sed de victoria en un intento de revancha que no vio la luz. Porque Joseba Ezkurdia, como sucedió el año pasado en el mismo escenario, volvió a ser mejor.

“He tenido opciones durante todo el partido, pero no me he encontrado nada bien y no he disfrutado nada. Me ha costado demasiado tomar la iniciativa pese a tener muchas pelotas para hacerle mucho más daño del que le he hecho y ahí ha estado la clave, porque sé que tengo que buscar los ángulos y mover al contrario y no lo he hecho. Me ha hecho daño también con la volea desde el centro”, reconoció Altuna III, que no consideró que el exigente ritmo de juego marcado por el de Arbizu le pasara factura físicamente, dado que “he jugado otros partidos contra él a muy buen ritmo también y he podido ganar”. “A bote, sobre todo, doy mucha más velocidad y en esta final no lo he hecho. No he jugado nada bien y ahora tendré que mirar al próximo objetivo”, recalcó el amezketarra, quien admitió que “el marcador también pesa en estos partidos y por mi parte ha sido todo oscuro”.

Más allá de sus pobres sensaciones, Altuna III no tuvo inconveniente en felicitar al campeón, convencido de que la txapela tiene el destinatario “merecido”, pues “campeón suele ser quien juega mejor en la final, él la ha jugado mejor que yo y así es esto”. “A mí también me pasó cuando le gané a Urruti y en este partido Joseba ha jugado más tranquilo y mejor que yo; otra vez será”, agregó el propio delantero, sabedor de que a sus 23 años le esperan nuevas oportunidades en el horizonte para sumar txapelas y desquitarse de amargos tragos como los dos últimos en la jaula con Joseba Ezkurdia como verdugo.

EL FRONTÓN En su valoración, con el objetivo de no hacer referencia a algún factor que pudiera tener aroma a excusa, Altuna III evitó referirse al Navarra Arena, escenario en el que volvió a morder el polvo como en 2018. “No voy a hablar del frontón, no quiero hacerlo”, afirmó, serio e implacable, el guipuzcoano. - A. Aramendia