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La humedad desluce todo

Manomanista de la LEP.M Ezkurdia arrolla a Arretxe II en un resbaladizo frontón de Oyón en el que el luzaidarra apenas pudo mantenerse en pie

La humedad desluce todo

Donostia - Joseba Ezkurdia superó a Iker Arretxe (6-22) en una eliminatoria de dieciseisavos de final disputada en el frontón Arroyo I de la localidad alavesa de Oyón que quedó deslucido por la mala calidad de la cancha. Y es que la humedad convirtió el suelo en una auténtica pista de patinaje. El delantero de Arbizu fue quien mejor se adaptó al suelo resbaladizo, sobre todo porque casi siempre llevó la iniciativa, mientras que el luzaidarra tuvo serias dificultades para mantenerse en pie. Se cambió de calzado hasta en tres ocasiones, pero ni por esas encontró la estabilidad necesaria para pelear con dignidad en un duelo en el que llegó a ir perdiendo por un sonrojante 1-21.

En una jornada preparada para homenajear a Clemente Pérez Arroyo, Panaderito de Oyón, el pelotari más ilustre de la citada localidad y que falleció en febrero del pasado año, las condiciones del frontón deslucieron un espectáculo que se preveía mucho más igualado. La humedad convirtió la cancha del frontón Arroyo I en una pista de hielo a la que Ezkurdia se supo asir mejor. En cambio, el partido fue un auténtico infierno para Iker Arretxe. El delantero de Valcarlos falló su primer remate, una dejada que se marchó a la chapa (0-1) y a partir de entonces comenzó su calvario. Ezkurdia agarró el saque y sin hacer nada del otro mundo puso tierra de por medio (0-8 y 1-21).

Arretxe II, que acabó en el suelo en repetidas ocasiones en su desesperado intento por defenderse de la pegada de su rival, evidenció su cabreo por las condiciones del frontón, pero exhibió una enorme profesionalidad. Solo así se entiende que no encajara una derrota más dolorosa en un escenario en el que tal vez no se debiera haber jugado un partido de campeonato. Ni de otro tipo, ya que, al margen de deslucir el encuentro, el riesgo de lesión resultó demasiado alto, aunque, por fortuna, nadie acabó en la enfermería.