Donostia. "Está yendo toda la recuperación más rápida de lo que pensábamos todos", desgrana David Merino (Villar de Torre, La Rioja, 1990). Sobre su espalda recorren las aristas de casi dos meses alejado de las canchas. El zaguero, tras un triunfo agónico en el torneo Aste Nagusia de Bilbao junto a Titín III frente a Aimar Olaizola y Mikel Beroiz (22-19) en el que tuvo que ser masajeado en las piernas como preludio fatal de un desenlace tan extraño como único que se dio en apenas unos días, fue atacado con la velocidad del rayo por una infección vírica neurológica llamada síndrome de Guillain-Barré que "me comió los músculos de las piernas", como explica David.

Primero, parecía una gastroenteritis, después, unas agujetas, y por último dieron con la dolencia. "Entonces me trataron con inmunoglobulina inyectada y me dijeron que no sabían cuál iba a ser la duración de la lesión ni cuánto tiempo iba a tener que estar de baja. Se llegó a hablar de un año apartado de los frontones", desgrana Merino II, quien apostilla que "lo peor de los primeros días es la soledad y el aburrimiento de la rehabilitación. Me sentía mal, no podía entrenar y no sabía cómo se iba a solucionar todo".

"Mis intenciones eran coger lo antes posible la forma física. Era lo único que pensaba", comenta el de Villar de Torre, que ha tenido que vivir un camino asfaltado de trabajo para empezar a encarar la luz al final del túnel, sobre todo tras vivir algunas situaciones críticas en las que le costaba mantener la estabilidad. "Al principio no podía ni correr 20 metros seguidos", explica. Sus desayunos, una vez propuesta la rehabilitación, eran de pura casta: "Mis sesiones solamente eran por la mañana, pero yo he querido forzar la máquina para llegar a mi estado óptimo".

Forzó durante septiembre. "Hago gimnasio para fortalecer gemelos, cuádriceps, femorales, isquios...". A finales de mes le llegó el premio, compartir con sus compañeros entrenamientos: "Ahora voy por la mañana con el grupo y todas las tardes voy al gimnasio. Noto la carga de trabajo, pero llevo dos semanas cogiendo tono de frontón de nuevo y espero reaparecer muy pronto", concreta Merino II, quien visiblemente contento ante la recuperación milagrosa señala entre risas: "La patata de Villar de Torre tiene muchas proteínas y la como todos los días, quizás sea por eso...".