Donostia. El Clásico de la pelota moderna respondió a las expectativas creadas. Juan Martínez de Irujo y Aimar Olaizola protagonizaron en el frontón Bizkaia de Bilbao un espectacular duelo de cuartos de final del Manomanista de la LEP.M que se decantó del lado del goizuetarra, un punto superior a un rival que, no obstante, peleó a destajo por el triunfo pese a circular siempre a remolque en el marcador. El delantero de Goizueta expuso su versión más agresiva para derribar la defensa del campeón y presentar su firme candidatura a la txapela.
Los problemas físicos que arrastraban Irujo y Aimar no hicieron mella en el rendimiento de ninguno de los dos. Jugaron a tumba abierta desde el primer hasta el último minuto (el choque duró algo más de una hora), con intensidad, agresividad y sin guardar ni un ápice de fuerza. Y en el cuerpo a cuerpo, el menor de los hermanos Olaizola se mostró ligeramente superior. Dispuso de rentas importantes (1-8 y 8-17), pero necesitó sufrir porque Irujo vendió cara su derrota, a pesar de que no dispuso de ventaja alguna ni fue capaz de igualar la contienda.
Olaizola II saltó a la cancha del Bizkaia dispuesto a todo. La fortuna le sonrió en el sorteo inicial y arrancó con el saque en su poder, arma en la que se apoyó para abrir la primera brecha en el marcador (1-8). Agresivo como nunca, el goizuetarra dominó a Irujo en el comienzo del encuentro merced al saque-remate, el disparo inicial y un inusual abuso del juego de aire. Parecían haber cambiado sus papeles los protagonistas del encuentro, circunstancia que obligó al delantero de Ibero a solicitar un descanso que sirviera para capear la avalancha de Aimar.
Surtió efecto el parón. Irujo, desbordado, recibió el consejo de su botillero, Patxi Eugi, lo asimiló y aplicó la enseñanza adquirida. Una violenta volea tras castigar con dos derechazos a su oponente le permitió a Irujo hacerse con el saque e iniciar una remontada inconclusa por un solo tanto. El campeón de las dos últimas ediciones redujo distancias (7-8), pero Aimar despertó de su letargo tras pasar por la silla de reposo (el pelotari aficionado Iñigo Abad se convirtió ayer en su asesor) e inventarse una prodigiosa dejada al txoko, con efecto y engaño incluidos. Un remate para el que Irujo no encontró respuesta, como tampoco la tuvo para la siguiente propuesta de Olaizola II, que se disparó casi de manera definitiva hasta el cartón 22. De nuevo con el saque como arma principal y la facilidad para ejecutar la parada y el gancho como munición, el delantero de Goizueta protagonizó la que pudo ser la escapada definitiva (8-17). Pero todavía quedaba mucha tela que cortar, aunque el rendimiento ofrecido por Aimar no invitaba a presagiar lo mismo.
Irujo solo pudo frenar la sangría tras escaparse por la salida de emergencia (la grada le silbó), cruzarse por delante de su rival en un remate (Aimar se lo recriminó, aunque luego sucedió a la inversa) y colocarse a un tanto de su rival (18-19). Fueron los momentos más intensos del duelo en los que Aimar e Irujo se quedaron sin oxígeno. Sin embargo, el goizuetarra se guardó algo para el final. Resistió y solo así pudo derribar al campeón.
Duración 65:40 minutos.
Saques 2 de Irujo (tantos 4 y 11) y 4 de Aimar (tantos 6, 13, 14 y 21).
Pelotazos 315.
Tantos en juego 10 de Irujo y 13 de Aimar.
Errores 5 de Irujo y 6 de Aimar.
Marcador 0-3, 1-3, 1-8, 7-8, 7-10, 8-10, 8-17, 14-17, 14-18, 16-18, 16-19, 18-19 y 18-22.
Incidencias Partido de cuartos de final del Manomanista de la LEP.M disputado en el Bizkaia de Bilbao (2.200 espectadores). El dinero salió ligeramente favorable a Aimar. Ejercieron de botilleros Patxi Eugui (con Irujo) e Íñigo Abad (con Aimar).