“Enmerdar”. La catalana expresión define la situación provocada en el Hospital Donostia por la falta de cintura y habilidad de los gestores de recursos humanos.

Como era de suponer, el grupo vizcaino que maneja el cotarro desde el Hospital de Cruces ha negado las manifestaciones realizadas a un medio guipuzcoano por el subdirector médico dimitido, el doctor Adolfo Beguiristain Gómez, en las que, refiriéndose al trabajo en red, afirmaba que desde el hospital vizcaino se habían derivado a Córdoba pacientes susceptibles de ser tratados en Donostia, y la torpeza del nuevo gerente interino del hospital donostiarra exigiendo de malas maneras a sus jefes de servicio que desmientan esas declaraciones, nos da la idea de su bagaje de gestión de personal.

Lo solicitaban los jefes de servicio del Hospital Donostia en su primera comparecencia: un drástico cambio de rumbo en las relaciones entre la dirección y los profesionales, sustituyendo el estilo directivo vertical, impropio de los tiempos que corren, por una mayor participación en la toma de las decisiones que les afecten directamente. Todo parece indicar que la alta dirección política no está dispuesta a modernizar el modelo de gobernanza en la línea que, curiosamente, preconizan sus correligionarios para las empresas privadas. Los responsables médicos hospitalarios vuelven a exteriorizar su protesta. Y me solidarizo con ellos.

Ya han comenzado los velados comentarios de desgaste, incidiendo en lo personal, contra algunos de los líderes disidentes, recurriendo a comentarios sobre su dedicación a la privada y la opacidad fiscal que conlleva, por ejemplo, para mermar su credibilidad ante la sociedad en general y sus compañeros del hospital en particular, avivando la rivalidad contra los jefes hospitalarios por parte de los especialistas de Atención Primaria, la infantería de la sanidad asistencial, que tampoco están para bromas, aunque esta no sea su guerra. Tienen la suya propia.

Concurso público

El Boletín Oficial del País Vasco del pasado 22 de diciembre convocaba la plaza de director gerente de la OSI Donostialdea de Osakidetza, de inusitado interés mediático. Dos únicos requisitos: titulación universitaria y experiencia administrativa y de gestión. Eclécticas condiciones que permitirán concursar con posibilidades de éxito a un perito de Minas que ha sido presidente de la comunidad de vecinos cuando pusieron el ascensor y es secretario de su sociedad gastronómica y presidente de la de caza, con el carné correspondiente, eso sí, y estando al corriente del abono de cuotas.

Quizás podían explorar en el ámbito de los directivos de las cooperativas para buscar un candidato. Lo malo es que suelen ser gente muy seria y formada, de sólidos principios y poco dados a las componendas. Realmente, no encajan con el perfil que buscan. Prefieren chusqueros de ordeno y mando, carentes de visión de equipo, sin formación ni capacidad para organizar y crear escenarios idóneos para que los profesionales ejerzan y participen. En la privada, de ser admitidos, no aguantarían ni una mañana. De hecho, a excepción de algún pionero, ninguno ha hecho carrera.

Pero en tal día como hoy, fin de año, de festejo y cotillón, tocaba hablar de otras cosas más propias de estas fechas.

Cordero

Ha subido algo de precio y esta vez la culpa no la tiene la guerra de Ucrania, el gobierno o la desleal oposición. Hay muy poco cordero vasco. La sequía padecida en primavera y verano impidió que muchas ovejas que pastaban en Urbia o Aralar salieran en celo y, en consecuencia, no han parido para estas fechas como se esperaba, lo que implica la ausencia de corderos y también de leche, vamos, que tampoco habrá tanto queso Idiazabal como otros años, lo que supondrá una subida de precio. Un desastre para la economía del pastor.

Foie gras

También escasea. Esta vez la culpa la tiene la gripe aviar y los millones de aves, ocas y patos incluidos, que se han visto obligados a sacrificar en Francia. El tradicional mercado –desde 1358– referente de esas gollerías, el de Peyrehorade, en Las Landas, los miércoles por la mañana, se encuentra ayuno del preciado manjar, de forma que los compradores y curiosos, muchos desplazados desde Euskadi, deben conformarse con almorzar las reconocidas “manitas de cerdo” en los figones de la villa, bien regadas. Me decanto por el foie gras mi cuit (no confundir con el paté) de Zubia de Eskoriatza o, una pieza de Goiburu de Urnieta, que se debe filetear con el cuchillo calentado en agua hirviendo. De ese producto vegano que simula ser foie gras, cargado de grasas trans, que acaba de aparecer en el mercado francés, ni comentario.

Langostinos

En 2008 nació en Medina del Campo (Valladolid) Noray Seafood, la primera piscifactoría de langostinos blancos (Litopenaeus vannamei) que en estado salvaje habitan en las costas del Pacífico, entre México y Perú, con un modelo de producción con mecanismos de reciclaje de agua, bajo consumo energético y cero residuos, referente de acuicultura sostenible en Europa, con una producción anual de 50 toneladas que esperan multiplicar por cinco en los próximos tres años destinadas al mercado interior, la exportación y venta online.

Los mejores deseos 

Para todas las personas que los domingos me distinguen asomándose a esta columna, y especialmente a los críticos con su contenido, que me lo hacen saber. Incluso a esos que, en alguna ocasión, no les gusta el menú y también me paran para decírmelo. Hay que comer verdura y la achicoria, con un refrito de ajos, puede pasar, y si le añades unos taquitos de jamón, mejor. Confío y deseo seguir arrancándoles una sonrisa y un instante de reflexión con la lectura.

Zaporeak

Acuérdense de esta ONG donostiarra que ahora están en el mercadillo navideño del Paseo de Francia. Los refugiados a los que dan de comer en Lesbos necesitan nuestra ayuda.

Hoy sábado

Cardos con jamón. Merluza al horno. Fruta del tiempo y mignardises navideñas. Cava Roger Goulart brut nature reserva. Café.