Antirrábica. Comentábamos en la última homilía que Euskadi pertenecía al irreductible y minúsculo grupo de las comunidades autónomas negacionistas respecto a la vacuna contra la rabia. El lunes, el Boletín Oficial del País Vasco ordenaba su obligatoriedad para los perros y su carácter voluntario en gatos y hurones, salvo que vayan a desplazarse de su domicilio, en virtud de una serie de disposiciones europeas, estatales y vascas que cita en el preámbulo, olvidando mencionar el sentido común, porque esa normativa existía desde hace años y la falta de lo segundo caracterizaba a los empecinados. Se acabó este hecho diferencial. Ya era hora.

Imagino que la consejera Tapia, cabalgando una soleada mañana hacia la donostiarra Plaza de Gipuzkoa, cayó del caballo cegada por un rayo de cordura, mientras la voz de la Ciencia le conminaba a aplicar la racionalidad que, como ingeniera se le supone, y subsanar el error. Y así ha sido.

Escondida entre el articulado, como si temiera incurrir en intrusismo, aparece una referencia a la desparasitación de los chuchos frente a la echinococosis, otra zoonosis importante en el mundo rural que provoca la hidatidosis en personas y animales, por ingestión de los huevos de algunas tenias que parasitan el intestino de los carnívoros y que son expulsados junto a las heces de los perros, contaminando alimentos, verduras, por ejemplo, y pasando a las personas. No confundir con la “solitaria”.

Si se controla la efectividad de la disposición, y existen medios, si hay voluntad política, dispondremos de un censo camino acorde con la realidad y de unas tasas de vacunación y desparasitación más elevadas que repercutirán en la salud de todas las personas. Bien, Tapia, bien. Debemos felicitarnos porque ganamos todos. Parece que va calando lo de Una Única Salud–One Health.

Gripe y covid-19

Mañana me pondrán la vacuna antigripal y la cuarta dosis de la vacuna del covid-19. Ya nos habíamos olvidado de la gripe después de dos inviernos con mascarilla y sin oír hablar de ella, pero está ahí fuera y, como solía ocurrir antes, alcanzará su máxima intensidad a primeros de año. En esta ocasión, quizás, un poco antes, como ha ocurrido en el hemisferio sur, en Australia, Chile o Argentina, a donde miran nuestros expertos para calcular la intensidad del virus que, parece, será similar a la última que pasamos en 2019-2020, que nos dejó un reguero de 3.900 muertos, 28.000 afectados, de los que 1.800 pasaron por la UCI y más de 600.000 casos atendidos por la Atención Primaria española.

La cobertura vacunal fue del 53,5% en mayores de 64 años, cuando la recomendación de la Unión Europea es del 75%. Esa cobertura evitó un 26% de hospitalizaciones, un 40% de ingresos en UCI y un 37% de fallecimientos.

A finales de año aparecerá el virus respiratorio sincitial, afectando especialmente a los niños, aunque puede afectar en todas las edades. Congestión nasal, tos, poco apetito, estornudos, fiebre... Puede complicarse, pero no es lo normal. El tratamiento, sintomático, lo establecerá el médico. Este virus nos anuncia la llegada de su “primo”, el de la gripe, que aparecerá en enero o febrero aunque es bastante imprevisible, que suele afectar a un 20% de la población, del cual, hasta el 40% son niños o personas mayores. En esta ocasión, es muy posible que haya más personas susceptibles al virus, porque no han recibido el estímulo antigénico de campañas anteriores.

Continúan siendo recomendables la molesta mascarilla en espacios cerrados, especialmente en las personas de riesgo, y lavarse las manos con frecuencia, así como las superficies de contacto, como hemos aprendido con la pandemia. Incluso algunos expertos barajan la posibilidad de una dosis de refuerzo en primavera, de la vacuna gripal en algunos colectivos.

La sintomatología será la de siempre: fiebre elevada, cansancio, astenia y dolores musculares. Es decir, quebrantamiento del estado general. Y el tratamiento, también el habitual sintomático.

La vacuna contra la gripe tiene mala acogida en un sector de la población con sólidos conocimientos de inmunología adquiridos en la Central Tavern University, por su efectividad relativa. Y es cierto. Siendo un virus ARN, como el del covid, su estructura se compone de ocho piezas, mientras que el segundo sólo tiene una. Además, muta con mucha mayor facilidad que éste y estas características se manifiestan en los antígenos de sus espículas que atacan nuestras mucosas respiratorias para iniciar la infección.

Varios equipos de investigadores se afanan en lograr una vacuna única contra las distintas variedades de gripe o influenza, aprovechando, entre otras cosas, la tecnología desarrollada en la lucha contra el covid-19, con el propósito de evitar una nueva pandemia y zoonosis graves, como la gripe aviar que, en este momento, azota con fuerza en nuestro entorno rural, provocando pérdidas millonarias en la industria alimentaria.

Por último, cuanto mayor sea el número de infecciones en aves, mayor será el riesgo de que afecte a humanos. De momento son casos esporádicos y sin transmisión entre personas. Pero todo llegará, especialmente si no adoptamos precauciones.

Chipirones

Enseñaba a mi nieta Lore a limpiar los chipirones para rellenar que compré el sábado, para congelar para Navidades. Se da mucha maña. La limpieza digital, a fondo, del cuerpo de los calamares puede llegar a tener un cierto contenido erótico que no llega a compensar lo trabajoso de la faena. Separadas las bolsas de la tinta con cuidado de no manchar demasiado, hay que picar las zarpas y aletas, freírlas con cebolla, pimiento verde y yo le añado unos langostinos picados, otros, jamón. Por último, el relleno con mucha paciencia, ponerles el palillo para que no se salga la farsa, teñir la salsa de tomate con la tinta y darles un hervor. Es muy entretenido.

Hoy domingo

Hongos a la plancha. Pollo de caserío asado a baja temperatura, con ensalada verde. Naranja. Rosado Homenaje de Olite. Café.