Consummatum est. Faltan enfermeras y médicos, pero la consejera Sagardui carga contra los jóvenes profesionales. Si a un colectivo de médicas de familia o pediatras recién egresadas les ofrecen un contrato de un año, con una remuneración de 3.000 euros al mes, para una atención de 8.00 a 15.00 horas y algunas tardes y no aceptan, ella debería saber los motivos. Y no vale decir que en todos los sitios ocurre lo mismo. No debemos olvidarnos que hasta ayer éramos los mejores. O casi.

Nos anuncia que la Atención Primaria se asfixiaAtención Primaria, lo que obligará, posiblemente, a cerrar algunos ambulatorios y que deberemos desplazarnos a otros centros asistenciales cercanos para recibir determinados tratamientos y, quizás, haya que recurrir a consultas telemáticas y, tal vez, algunas atenciones, hasta ahora médicas, pasarán a ser desempeñadas por personal de enfermería capacitado. Ante las alarmistas reacciones suscitadas, los desinformativos públicos al servicio de la ilustre dicharachera reproducen las matizaciones en las que asegura que esta Atención Primaria no cambia -lamentablemente-, sino que se adapta a los tiempos y nos induce a un cambio de cultura. Nadie le advierte que es mejor no meneallo, que no había ninguna necesidad de enredar más, máxime, estando los ambulatorios al pil-pil como están. Y matiza que la Unidad de Quemados, los trasplantes de riñón, la oncología infantil o la prontoterapia de Amancio Ortega estarán donde tengan que estar, no en cada barrio. Lógico. Todo parece indicar que los tontitos del haba no hemos entendido nada de lo que nos leyó cuando se refería a retos a futuro y planificaciones a diez años vista, evidenciando que ella y su Departamento siguen comunicando mal.

A la bilbaina que, con independencia de su formación universitaria, es profesional de la farándula política, le ha tocado dar la cara y lo hace con su gracia y su sal y con la solvencia, el arte y el desparpajo que le proporcionan sus tablas en el oficio y la seguridad de su futuro asegurado, tal vez en la propia Osakidetza. El asunto al que se enfrenta se viene arrastrando desde que hace años. Alguien optó por denominar cliente o consumidor de salud al paciente, primar el hospitalcentrismo, la precariedad laboral y el abandono de la Atención Primaria.

A la espera del resultado del Análisis de la estructura organizativa y recursos actuales en el ámbito de la Atención Primaria en Osakidetza, encargado a la consultora Grant Thornton, debe buscar una solución a la patata caliente de la Atención Primaria y la Pediatría en los ambulatorios que, manifestaba, en ningún caso pasaría por la aplicación en Euskadi del modelo Ayuso, en referencia a la liberalización sanitaria iniciada en Madrid. Amanecerá y veremos.

Mientras tanto, cuando las demoras en consultas y pruebas especializadas se miden por trimestres, los pacientes con posibilidades y los padres de familia con profesiones liberales recurren a los seguros privados para ellos y su prole. Una manera de privatizar la sanidad pública. Otros, uno cada dos días, menos afortunados, directamente se suicidan.

En otro orden de cosas, nuestra consejera tampoco es responsable directa del escándalo de la OPE de Osakidetza de 2018 que, tras cuatro años de investigación y otras tantas juezas de instrucción con sus respectivos equipos, puede finalizar este mes de julio. Según sean las conclusiones, se le puede amotinar todo el gallinero asistencial hospitalario, hasta ahora expectante y para reconducirlo precisará del Séptimo de Caballería. Agosto es un mes bueno para estos malos tragos.

VIRUELA DEL MONO Y ‘CHEMSEX’ Según informó hace un par de semanas la directora de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, los más de 200 casos confirmados de viruela del mono son hombres, salvo una mujer conviviente de uno de ellos, que mantuvieron contactos sin protección con otros hombres, generalmente desconocidos, que se han mantenido en fiestas chemsex celebradas en domicilios particulares, en la sauna clausurada o en la fiesta de Maspalomas. En muchos casos, esas parejas efímeras y anónimas procedían de Reino Unido y de Portugal.

Los epidemiólogos madrileños buscan la colaboración de las asociaciones del sector y de las páginas de encuentros sexuales. Según los datos que manejan, el 70% tiene menos de 40 años y el 21% entre 41 y 49, es decir, ninguno estaba vacunado de la viruela humana, que dejó de ser obligatoria en 1980. El 48% tiene infección de VIH y el 6% es dueño de una mascota, dato importante para controlar la posible transmisión de humano a animal. El 80% de las infecciones se registraron después del 10 de mayo, comenzando el inicio de los síntomas entre el 13 y el 15 de ese mes. A día de hoy se siguen produciendo contagios. Ninguno está hospitalizado y deberían confinarse en sus domicilios un mínimo de 21 días.

El chemsex es un tipo particular de consumo de sustancias como la viagra, cocaína, mefredona, éxtasis, poppers y la metanfetamina por distintas vías, anal incluida, que comienza a adquirir las dimensiones de una epidemia en los colectivos homosexual y bisexual, cuyos hábitos de consumo y rituales asociados están ocasionando el destrozo físico, psicológico y emocional en demasiadas personas entre 18 y 50 años, consistente en largas sesiones de sexo, que pueden prolongarse durante horas, o incluso varios días, de completa excitación, euforia y desinhibición, generando dinámicas que conducen a prácticas sexuales extremas y de alto riesgo.

Algunas de las sustancias utilizadas en este contexto tienen una gran capacidad para producir adicción y, naturalmente, una relación directa con todas las enfermedades de transmisión sexual. En las grandes ciudades, el problema adquiere una dimensión gigantesca, que ahora destapa el mono de la viruela ante una sociedad desconocedora de esa realidad paralela.

HOY DOMINGO Ensaladilla rusa y txipirones Pelaio. Cerezas y fresas. Txakoli de Urruzola. Café. Moscas y a partir de esa hora, los mosquitos, pero no todos, porque el mosquito tigre es diurno.