“Somos industriales, pero necesitamos también una industria y cultura financiera. Las empresas deben tener una mayor cultura económica y financiera a la hora de tomar sus decisiones, no en base a costes económicos desde el ámbito de la ingeniería o de los procesos productivos, sino desde el lado financiero. Hay que crear una industria financiera en Euskadi que impulse los proyectos e inversiones estratégicas”.
De esta manera tan contundente describió hace unas semanas, el máximo responsable de una de las entidades financieras más importantes de este país la delicada situación en la que viven las empresas vascas por ausencia de un ecosistema financiero propio que responda a sus necesidades de desarrollo y crecimiento, Una situación que se ve condicionada por la excesiva dependencia que tienen de la financiación bancaria cada vez más cara y menguante ante la asunción de riesgos.
Este panorama quedó reflejado de manera diáfana y exhaustiva en el informe Ecosistema financiero de Euskadi. Diagnóstico y oportunidades, elaborado hace ya dos años, por Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad, que, por primera vez y desde el rigor de una investigación académica, situó la ausencia de una industria financiera oriunda como uno de los grandes problemas estructurales de la economía vasca.
Resulta llamativo cómo un país que, al menos, desde mediados del siglo XIX, ha disfrutado de una larga tradición financiera con la existencia de una Bolsa de Valores, la sede de varios bancos y cajas de ahorro, compañías de seguros y empresas de servicios de inversión locales ha ido perdiendo peso hasta el punto de reducir a la mínima expresión su aportación porcentual a la economía, a pesar del gran peso del sector industrial.
Nada que ver con la situación que existe en otras regiones industrializadas de Europa, como la alemana Baden Wutemberg, la italiana Emilia Romagna y la austriaca Upper Austria que, a pesar de no contar en su territorio con la capital del Estado, disponen de unos altos niveles de servicios financieros.
Si la mirada la proyectamos al Estado español, la precariedad de nuestro sistema financiero es tan evidente que según el índice del European Cluster Collaboration Platform de la Comisión Europea (CE), Euskadi cuenta con un bajo nivel de especialización en servicios financieros que alcanza un 0,6, en relación a 1 positivo, por detrás de Madrid que tiene un 1,2; Valencia con un 0,7 y Catalunya con un 0,65. En el caso de Madrid, el factor de capitalidad ha hecho posible que el proceso de centralización de los servicios financieros haya sido muy importante.
Con este panorama y con la preocupante afección que la carencia de un ecosistema financiero propio ha tenido en nuestro tejido industrial con la venta y el traslado de centros de decisión de un gran número de empresas importantes vascas fuera del país, algunas de ellas estratégicas para el desarrollo de nuestra economía, la reacción, afortunadamente no se ha hecho esperar. Dos años después, del preocupante informe de Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad, tendremos constituido el Clúster Financiero e Inversor de Euskadi, BasqueFIK, que se configura como el mejor instrumento para dar la vuelta a la situación.
Era tal el páramo existente en cuanto a la falta de capital inversor en Euskadi que no solo lastraba el desarrollo y crecimiento de nuestras empresas, sino también el arraigo de nuestras empresas al venderse y cambiar de manos, que durante estos dos años se han creado un gran número de gestoras de capital riesgo con domicilio en Euskadi, lo que da idea de que la industria financiera empieza a echar raíces en nuestro país.
A finales del año 2022, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tenía registradas un total de 12 gestoras de capital que administraban 71 instrumentos de inversión. En este importante incremento de fondos de inversión ha tenido un papel destacado la norma fiscal puesta en marcha hace unos años, por la Diputación de Gipuzkoa dirigida a favorecer su establecimiento en el territorio.
La preocupación de no contar con una industria financiera vasca se ha visto reflejada en las 92 instituciones y entidades financieras que han participado en las reuniones que se han celebrado a lo largo del año pasado, de las que 18 se han comprometido a promover el clúster BasqueFIK, cuya constitución tendrá lugar el próximo día 14 de marzo, en un acto al que se ha invitado a los participantes del proceso para su inscripción en esta asociación.
Entre los promotores se encuentran desde fondos de inversión, family office, entidades bancarias, organizaciones financieras, EPSV, empresas tecnológicas, consultoras empresariales, gestoras de capital riesgo del Gobierno Vasco y de la Diputación Foral de Bizkaia, etc.
La creación de BasqueFIK ha puesto nuevamente de relieve la importancia que la colaboración público-privada ha tenido y tiene en el desarrollo y el crecimiento de nuestra economía, hasta tal punto que puede considerarse como todo un logro el poco tiempo que se ha invertido en su puesta en marcha, teniendo en cuenta que el sector financiero se caracteriza por su atomización e intereses diversos.
El objetivo de BasqueFIK es ser un instrumento para consolidar Euskadi como un territorio atractivo para la inversión, al tiempo de convertirse en una herramienta dinamizadora de la conexión entre el ecosistema inversor y el tejido económico e industrial del país con la idea de reforzar el arraigo de las decisiones económicas, financieras y empresariales en Euskadi.
Divulgar la cultura financiera e incrementar el conocimiento de los instrumentos, las instituciones y la función financiera en la empresa, forman parte de los fines de BasqueFIK, junto con la generación y formación de profesionales financieros. El arraigo del conocimiento y del talento financiero e inversor servirán para hacer de Euskadi un territorio sugestivo en la puesta en marcha de proyectos empresariales estratégicos y transformadores.
Está claro que un mayor conocimiento del tejido empresarial de Euskadi y una mayor conexión y relación con las instituciones públicas va a permitir abordar desde una mayor implicación el acompañamiento y la resolución de los problemas financieros de nuestras empresas y ayudarles en su desarrollo y crecimiento.
El clúster BasqueFIK, que ha sido puesto en marcha en un tiempo récord y ha contado con un gran apoyo institucional, necesita que cuanto antes se le dote de contenido y que disponga de proyectos de inversión empresariales para su análisis y ejecución. De lo contrario, será una entidad más en este país, en donde sus socios están más a la espera de oportunidades en beneficio propio que de contribuir a la consecución de los objetivos comunes fijados. Se trata de una iniciativa estratégica para el futuro de Euskadi.