l Banco Central Europeo alertó hace unos días de la "exuberancia" que han detectado en vivienda, deuda y criptomonedas. ¡A buenas horas!, diría yo. Al BCE le preocupan ahora las vulnerabilidades que aprecian en estos tres frentes del sector financiero; más concretamente, en los activos inmobiliarios y en las criptomonedas. Como si no se atisbara desde hace tiempo, sobre todo en estos productos digitales tan de moda, que aquí se iban a mover como pez en el agua los más listos de la clase. Es decir, los que siempre aciertan a sacar provecho de sectores exóticos y emergentes como este... y ya están lejos de los mismos cuando se convierten en una burbuja a punto de pincharse. Nada nuevo. Pero el máximo organismo continental en materia económica, en su afán de actuar como árbitro de la contienda financiera, advierte en estos momentos de los focos de "exuberancia" en segmentos que, como el de la vivienda, siempre han estado bajo sospecha; o en otros, como el de los bitcóin, que son carne de cañón, como en su día lo fueron las empresas punto com o las hipotecas tóxicas. Lo realmente preocupante, a mi entender, es que un mercado como el de la vivienda (registra el mayor número de ventas desde la crisis de 2008), un bien de primera y acuciante necesidad, a estas alturas aún se encuentre sin regular debidamente.