ás de una se está derritiendo de ilusión tras saber que Johnny Depp volverá a pisar el Kursaal en septiembre para recoger un premio y podrá ser contemplado o atisbado de lejos. El pasado año vino como productor de una extraordinaria cinta sobre el líder del grupo irlandés The Pogues y fue aclamado por grupitos de fans como si hubiese sido el guapo de una película romántica. Este año, entre la polémica por los maltratos de los que algunos le acusan y que el galardón le obligará a estar más visible, su presencia pesará más y quizás se hable de su amplísima filmografía, entre la que hay abundantes taquillazos. Eduardo Manostijeras, Jack Sparrow, Willy Wonka... son solo algunos de los caracteres que ha llevado a la pantalla ayudados de fuertes dosis de maquillaje y vestuario. Seres de ficción que toman forma en el hijo de Kentucky, declarado el hombre más sexy del mundo por alguna revista. Pero también tiene otras películas sencillas, en las que con un vaquero y una camiseta se transforma en un ser emocionante. Por ejemplo, en el Gilbert de ¿A quién ama Gilbert Grape?, una historia muy norteamericana dirigida por el sueco Lasse Hallström, en la que comparte maestría artística con otro rompecorazones, un Leonardo DiCaprio de 19 años, que ya era un intérprete de Óscar.