ales del periódico, donde comenzaste a trabajar hace poco más de año y medio. Es medianoche, la medianoche de un jueves de finales de mayo, que aun sin autorización para quitarte el sayo es tan cálida que se asemeja a una noche de verano, pero apenas hay gente por las calles, las carreteras están casi vacías, pero esperas que el semáforo se ponga en verde y cruzas ya cerca de llegar a casa. Y de repente se acaba todo. En un segundo. Un coche, conducido por un tipo que se da a la fuga y no te socorre, y que venía precisamente de fugarse de un coche policial que le quería dar el alto por conducción temeraria, te atropella. Va a toda velocidad, con otros tres tipos dentro, aparece de la nada. El impacto es brutal y sales despedido 80 metros. Mueres en el acto. Tu nombre sale en el periódico, pero ahora en letras grandes. En el tuyo y en los otros. La noticia te llama joven. Y se ve el impacto brutal del coche. Y cuenta que los polis detuvieron al poco al tipo que conducía, al que también llaman joven, y que dio positivo en alcohol y drogas, y a otro que viajaba con él cuando ambos trataban de escapar ya a pie tras abandonar el vehículo. En un segundo te han jodido la vida y la de los tuyos. La noticia no aclara si el conductor se ha jodido la suya, o ya la traía jodida.