o, como se pueden imaginar, no soy alemana, pero en estos momentos de lucha interna entre lo que se debe hacer y lo que deseamos realmente a más de uno le gustaría serlo para irse a Mallorca de vacaciones en Semana Santa. Claro que, para eso, debería viajar desde el país germano, no se permiten vuelos internos por placer... Dicen que la noche de ayer fue larga en la reunión encabezada por Angela Merkel con los 16 líderes de los länder. Logró imponer su visión, la prudente, pero solo en el ámbito interno, manteniendo la hostelería y los hoteles cerrados, limitando la apertura de comercios y escuelas, sin restricciones de movilidad interna ni toque de queda, pero con el ocio totalmente restringido. De puertas adentro, porque volar a Mallorca, un lugar que no está considerado como zona de riesgo, sí se puede. Prohibir los viajes, dicen, sería problemático. Solo hace falta PCR de ida y vuelta. Nada más. Desde España se encogen de hombros y alegan que no se puede hacer nada mientras prime Schengen y, oye, que si queremos nosotros también podemos viajar, aunque Europa no lo tiene tan claro. De momento, los españoles, alfombra roja, banda de música en el aeropuerto -ah no, que no pueden tocar juntos- y Bienvenido Herr Müller...