ras caer en los dieciseisavos de final de la Europa League, después de recibir un buen sopapo del United en Turín; hacerlo también en los octavos de final de la Copa en una igualada eliminatoria frente al Betis que decidió la prórroga; y perder a los penaltis contra el Barça de Messi en la semifinal de la Supercopa; a la Real solo le quedan dos frentes abiertos de los cinco que contemplaba con ilusión en los albores de la temporada. Por tanto, los de Imanol únicamente tienen que centrarse en la Liga y en la final de la pasada edición de la Copa. En la competición doméstica, el objetivo, clasificarse para disputar una competición europea, está encarrilado (con el empate del lunes en Madrid encadena seis partidos sin conocer la derrota) con el actual quinto puesto. Lo que no está mal. Pero la madre de todas las batallas, en la que de verdad se juega los cuartos la Real, y que, cómo no, está en la cabeza de todos los aficionados txuri-urdin, es la final del 3 de abril. La temporada del conjunto guipuzcoano dependerá de lo que suceda en La Cartuja ante el Athletic: un triunfo (que significaría el sexto gran trofeo del club) elevará al equipo a la gloria; una derrota, en cambio, echará por tierra la apasionante campaña de la que hablábamos. Hoy queda exactamente un mes. Comienza la cuenta atrás€ Todo o nada.