ues no, no era una gripe. Recordarán que cuando empezamos a oír las primeras referencias del covid asociado a la ciudad china de Wuhan hubo quien, por metepatas, por ignorancia o por paternalismo, nos dijo aquello de que ese tsunami que pronto barrería nuestras vidas era como una gripe pero más fuerte. Creo que la comunicación es una de las asignaturas que queda pendiente de esta crisis. Pero es momento de ser optimistas y lo que tenemos que pensar es que, cuando este horrible año 2020 ya está a punto de acabar, lo peor ya ha pasado y ante nosotros se abre una puerta a la esperanza con una vacuna que la ciencia, en otra demostración de su probada capacidad por los milagros, pone a nuestra disposición para salir de esta pesadilla y recuperar, aunque sea poco a poco y sin olvidar las necesarias medidas anticontagio, aquella normalidad que el coronavirus, en distinto grado, nos ha arrebatado en este tiempo. Hoy comienza la vacunación en Euskadi. En Gipuzkoa, lo hará en la residencia de mayores Betharram de Hondarribia. Como dijo la primera persona que se vacunó en el mundo, la nonagenaria norirlandesa Margaret Keenan, se trata de un privilegio que los que estamos en la lista de espera esperamos disfrutar cuanto antes.