l breakdance será deporte olímpico en París 2024. Suena raro. Este año todo suena raro. Pero lo del breakdance chirría. Si es una disciplina deportiva, ¿qué será lo siguiente? ¿Qué nueva modalidad se incluirá en el programa de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028? ¿La petanca? ¿El mus? ¿El tute cabrón? ¿Jugar a la Play? ¿Algún e-sport? ¿El póquer? ¿La Fórmula 1? ¿Los bolos? El argumento que esgrime el Comité Olímpico Internacional (COI) para dar la bienvenida al breakdance es que quiere unos Juegos más modernos, disciplinas que atraigan a los jóvenes y se expandan rápidamente por las redes sociales. Show y negocio. Business. Ya sucedió con otras modalidades como el voley playa por parejas. De paso, el COI se carga los 50 kilómetros marcha, que es puro sufrimiento. Te duelen hasta las cejas cuando ves las retransmisiones, con los atletas chorreando sudor por todos lados. Deporte en estado puro. Poco atractivo para el común de los espectadores, pero seguramente uno de los mejores ejemplos de lo que representa el espíritu olímpico por lo que supone de trabajo y sacrificio. Malos tiempos para la lírica, que diría aquel. Si incluir el breakdance suena a frivolité, ya hay quien apunta a que lo próximo será el parkour. Me subo por las paredes.