e dicen que... Cada vez que me llega un vídeo al WhatsApp precedido por esta frase, intuyo que es falso. Un tipo que se pasea en pelotas por Beasain, jabalís a sus anchas en Trintxerpe, coipús en el Paseo Colón de Irun, un tiroteo en Urnieta, un mogollón de peces en el litoral de Mutriku... Siempre son imágenes llamativas y siempre con la coletilla de que el lugar de los hechos es cercano. No sé cuántos van en estos casi 50 días de confinamiento. El último me llegó tres veces en menos de 24 horas. Un camión a toda velocidad se estampa contra un peaje y comienza a arder ante la mirada de un grupo de gendarmes. Al poco me llaman de casa. “¿Que ha pasado en Biriatu”. “Nada”, contesto. “El vídeo es de otro día y no es Biriatu”. Bastaba teclear cuatro palabras en Google para comprobar que se trataba de un accidente que sucedió el 26 de noviembre de 2019 en un peaje de la autopista A-1 de Francia. Por concretar, en la localidad de Roye. A unos 900 kilómetros de Biriatu, por cierto. En uno de los grupos de WhatsApp de mi móvil, como soy el único periodista y estamos todo el rato de coña, cada vez que alguien envía un vídeo de este pelo, hay otro que añade: “Juanma, confirma dónde es”. La respuesta siempre es la misma: “Orihuela”.