Antena 3 cumple hoy 30 añazos desde que rompió el monopolio estatal de TVE, después de que ETB lo hiciera antes por aquí. Ahora que tenemos 300 millones de canales por TDT, satélite, cable y plataformas online, resulta complicado hacerse a la idea de que hubo un tiempo no tan lejano en el que solo estaba TVE1, y un ratito por las tardes y las noches el llamado UHF rebautizado como la Segunda Cadena. Mi primer recuerdo de Antena 3 es la carta de ajuste y su roll de programación, que es como comenzaban las emisiones cada día avanzando lo que se podía ver acompasado con una música terrible y que concluía indicando las frecuencias de emisión en cada ciudad, que era algo bastante absurdo porque para verlo necesitabas haber sintonizado ya el canal, pero para algo serviría porque Tele 5 les copió la idea, como les copió después tantas cosas. Antena 3 fue aquella cadena torpe, pero con ganas, hecha por profesionales de la radio que no tenían ni idea de televisión, que comenzó a emitir desde un antiguo almacén farmacéutico (por eso tienen una columna en mitad de un plató) sufriendo infinidad de problemas técnicos Las noticias de Carrascal, concursos como El gordo, Los segundos cuentan y La ruleta, y viejas series antes vistas por TVE. Sus programas, ya entonces, parecían prehistóricos pero su gran mérito fue que el Gobierno español autorizara la tele privada. Costó. Pero llegó.