Presidenta de la Comunidad de Madrid y entusiasta pisadora de charcos turbios: Pensaba que era difícil que esta misma semana superase sus propias barbaridades del lunes, cuando, entre otras salidas de pata de banco, llegó a acusar al PNV y a EH Bildu de “haber euskaldunizado a la sociedad vasca y borrado toda huella de sus raíces occidentales”. Pero veo que va cuesta abajo y sin frenos en loca carrera por soltar mendrugueces que buscan provocar por provocar. La de ayer es, de nuevo, antológica. No se le ocurrió mejor marco que un acto de supuesta reivindicación del 8 de marzo organizado por su gobierno para reclamar la conmemoración de un “Día del Hombre”, después de denunciar un “ataque orquestado al hombre, a la familia, a la madre y la maternidad”. Y no le cuesta votos. Al revés, los gana.