“Muleta de nadie”
– Mientras los grandes partidos españoles siguen anclados en bucle en el cara a cara de hace ya tres noches, las formaciones del terruño insisten en su tarea estajanovista de tratar de marcar perfil propio. Fue muy gráfico en este sentido el jeltzale Aitor Esteban, cuando proclamó en Tolosa que su partido “no es la muleta de nadie”. Como apostilla y, al tiempo, demostración, reivindicó al PNV como el partido que seguiría defendiendo los derechos civiles en Madrid.
El teléfono volverá a sonar
– EH Bildu comparte el mismo esfuerzo que su eterno rival en Euskadi. Y también tiene uno propio: diferenciarse de la otra izquierda que pesca en el caladero vasco. Uno de los mensajes de la candidata soberanista Mertxe Aizpurua fue a la yugular de esos partidos: “EH Bildu es la única opción de izquierda y transformadora en Euskal Herria que tiene opciones reales de frenar a la derecha”. Claro que la frase de Aizpurua para apuntar es esta otra: “Los teléfonos volverán a sonar”, dijo en referencia a la calculada distancia que está mostrando el PSOE. Si dan los números, será así.
Sánchez sigue llorando
– Pero para esa llamada habrá que esperar. Ahora mismo, en Ferraz y La Moncloa siguen con la resaca llorona del debate perdido. La penúltima muestra del escozor es el Tik-Tok que Sánchez (se supone que antes de viajar a la cumbre de la OTAN para anunciar el envío masivo de soldados a Eslovaquia) se montó con varios ministros. El objetivo de la pieza era justificar por enésima vez que la derrota en el debate se debió a lo inmensamente mentiroso que es Feijóo. Victimismo que no parece que vaya a rentar mucho, aunque sirva, eso sí, de cierto alivio para el orgullo herido.
Feijóo, conspiranoico
– Y mientras, el acusado de trolero continúa levitando y gustándose tanto a sí mismo, que ha vuelto a difundir el rancio bulo conspiranoico sobre la posible manipulación del voto por correo. Él, para más inri, como director general de la empresa pública postal pidió ayer a los carteros “que trabajen mañana, tarde y noche (sic) para repartir todos los votos con independencia de sus jefes”. Y prometió que cuando sea presidente, les pagará las horas extra.
Otra lona
– Ni un día sin lona cantosa, colocada, por supuesto, en un edificio de Madrid. La última la firma Vox. Junto a una abominable imagen de un encapuchado tapando la boca a una mujer, se lee: ”Sánchez ha puesto a cientos de monstruos en la calle”. No ha faltado quien, en lugar de indignarse, ha señalado el parecido físico del agresor con cierto líder de la ultraderecha. Quién será. l