FUTURA presidenta de Extremadura, pero, sobre todo, mujer sin palabra: Soy incapaz de recordar un caso similar al suyo. No digo de políticos que hayan faltado a lo dicho, que de esos hay muchos y hasta multirreincidentes. Hablo de la celeridad en hacer efectivo el digodiego y de la brusquedad del giro. En una semana ha pasado de negarse a gobernar con Vox acusando a los abascálidos de ser la peste bubónica a firmar un pacto con ellos bajo el argumento de que son un partido perfectamente constitucional y respetable. Como propina, se ha adornado afirmando que su palabra es menos importante que el futuro de los extremeños. Será investida, por supuesto, pero durante todo su mandato irá acompañada por la sombra de sus mentiras.