Un cavernícola

– Gracias al Partido Popular, el Parlament balear está presidido por un fulano de Vox que tiene acreditadas barbaridades como la que sigue: “Las mujeres son más beligerantes porque carecen de pene”. No se sabe si la frase denota más machismo rancio o cortedad de luces. Bien es cierto que ambas cualidades suelen ser conjuntas e inseparables. A este tipo, que atiende por Gabriel La Senne, se le añaden, además las de homófobo, xenófobo y, de propina, antivacunas. Ya ven que no hablamos de una persona de ideas conservadoras sino directamente de un paleto cavernícola, lo que adquiere una gravedad máxima cuando acaba de ser elevado a la presidencia de la institución que representa a la ciudadanía de les Illes Balears. Y eso no ha sido producto de un fenómeno atmosférico ni de una conjunción astral chunga. Es algo que, como se ha apuntado arriba, ha propiciado el PP. O, volviendo la oración por pasiva, algo que podría haber evitado el PP. ¿Por qué no lo ha hecho? La respuesta es tan simple que provoca sonrojo: porque para Feijóo, aupar a un detritus humano así a la tercera magistratura de la comunidad es un precio razonable a cambio del Gobierno.

‘Baronesa roja’

– Si lo del párrafo anterior es así, ¿por qué en Extremadura el cuento es de otra forma? Me alegro de hacerme a mí mismo esa pregunta, que en realidad tiene un ramillete de respuestas razonables. Para empezar, porque aunque hasta el candidato socialista y todavía presidente en funciones ha tardado tres semanas en darse cuenta, los populares no ganaron las elecciones; fueron la segunda fuerza. Su (vamos a decir) legítima aspiración de gobernar chocaba con la necesidad de sumar con una ultraderecha (lean Vox) que había obtenido unos patéticos resultados. Los abascálidos, a los que les ofreció la fórmula balear, o sea, la presidencia de la Asamblea, se vinieron arriba y exigieron entrar en el Gobierno. Ahí pincharon en el hueso de la que ya han bautizado como baronesa roja del PP extremeño, María Guardiola, cuyo solo apellido hace torcer el gesto a los amanuenses diestros.

¿Y Feijóo?

– “La nueva Irene Montero”, la motejó ayer Federico Jiménez Losantos, no les digo más. Siguiendo la estrategia de “o puerta grande o enfermería”, Guardiola se ha liado la manta a la cabeza y anda poniendo a Vox de chupa de dómine fascista para arriba. Veremos si acaba recogiendo cable –tampoco me extrañaría–, pero de momento, hasta se ha atrevido a afear que su partido pactara en Valencia con el de Abascal. ¿Y qué dice Feijóo? Pues lo de Groucho Marx, que si no nos gustan sus principios, tiene otros. l