Recién nacido ciudadano de la República Dominicana al que, vaya usted a saber por qué, le han asignado el número 8.000 millones de entre los habitantes del planeta: De saque, le diría lo de Machado, que le guarde Dios (o quien sea) porque sobran seres y situaciones que han de helarle el corazón. Y a partir de ahí, le deseo una vida digna, que mucho me temo que no es lo que les aguarda a la mayoría de las criaturas que vienen hoy al mundo. Según nos recuerda la ONU, el crecimiento demográfico está residenciado justamente en los lugares más pobres del globo. Mientras, en este trocito desde el que escribo, no dejamos de batir récords negativos de natalidad, y no somos capaces de encontrar el modo de darle la vuelta a la tendencia.