Lideresa en horas bajas: Mire que se las prometía felices de cara a las elecciones de mayo, y con la Sanidad ha topado. Es lo que tiene. A la peña le gustan mucho los bares, pero si necesita ir a Urgencias y se las encuentra cerradas, se encabrita un congo. Y sí, podrá venir con la monserga de la movilización política, pero usted sabe que se le ha abierto una vía de agua que no va a dejar de crecer. La prueba es que ayer, en su perorata en el Club Siglo XXI no le quedó otra que echar mano de los comodines habituales. “Que nadie se deje engañar porque ahora ETA no mate ni salgan en Cataluña a destrozar coches de policía y retener a funcionarios refugiados en edificios”, farfulló ante el atril. Es evidente que lo del domingo le ha dolido. Acostúmbrese.