Muy querida titiritera distinguida por Eusko Ikaskuntza con el Premio Manuel Lekuona: A pesar de que no es, ni mucho menos, el primer reconocimiento que recibe, la imagino feliz. No tanto por el galardón, incluso aunque sea de tronío, como por lo que implica: sigue habiendo gente que estima que su trabajo de bastante más de medio siglo con los muñecotes merece mucho la pena. Sé que no exagero si le digo que miles de niñas y niños de no sé cuántas generaciones compartimos su alegría porque nos sentimos en deuda con quien nos llenó la cabeza de buenas historias y de mejores causas. Ni Disney ni leches. Mil veces me quedo con Enkarni y, cómo no, con Manolo Gómez. Gracias por hacernos disfrutar con algo tan simple... y complejo.