Síguenos en redes sociales:

Simplemente, persigan a los especuladores

Simplemente, persigan a los especuladoresE.P.

Todos en contra

Salvo giro inesperado de los acontecimientos, parece que la pirotécnica propuesta de la vicepresidenta segunda española para limitar los precios de los alimentos básicos se va a quedar en el clásico de la montaña pariendo un ratón. Utilizando –esta vez bien– el verbo maldito, parece que Yolanda Díaz se ha topado con la realidad en la versión de aquel torero: lo que no se puede no se puede y, además, es imposible. Grandísimas, grandes, medianas y pequeñas empresas de distribución se han encogido de hombros ante el difuso proyecto de la lideresa de eso que provisionalmente se llama Sumar. El pequeño comercio ha tenido una reacción todavía más áspera como corresponde al papel de pardillos que les tocaría en el invento. Y los productores, especialmente los que se manchan personalmente las botas de barro, se han agarrado un cabreo del quince. Solo faltaba que, después de meses palmando y pasándolas moradas, tuvieran que volver a asumir la parte del león del sacrificio.

Desconocimiento

Se pregunta uno qué diablos llevó a Díaz a meterse en este berenjenal. Supongo que es la suma de su necesidad de focos una vez que se ha propuesto como caudilla de lo que haya a la izquierda del PSOE con su desconocimiento de cómo funcionan los mercados. No digo los de valores, sino los híper, los súper, las cadenas de descuento, el colmado de tu barrio o el puesto de las moribundas plazas. Es lo que tiene llevar mucho tiempo sin hacer la compra o haciéndola sin la necesidad de mirar con lupa los precios y/o las etiquetas de los productos. Eso no hay “proceso de escucha” que lo supla, y menos, si buena parte de los que toman el micro en esos saraos tan cuquis como minoritarios hasta la fecha son burguesotes cuya mayor disquisición frente a un lineal es si pillar un Ribera del Duero de quince euros o un Rioja de 23.

A por los especuladores

¿Significa lo anterior que hay que dejar que los precios escalen hasta los cuernos de la luna porque no hay modo de meterles mano? Pues no. Justamente lo contrario: lo que supone es que la directa es perseguir, denunciar y sancionar la especulación descarada que estamos padeciendo desde, por lo menos, el comienzo de la invasión rusa de Ucrania. Hasta el que anda más justito de conocimientos sobre el funcionamiento de la economía sabe que la inflación tiene unos motivos razonables y perfectamente entendibles y otros que responden a la jeta de los buitres que se dan festines gracias a las desgracias de los demás. Por lo demás, otro gallo nos cantaría si tomáramos conciencia de nuestro poder como consumidores.