“Manadas agradecidas” - Es posible que la ministra española de Igualdad, Irene Montero, haya hecho méritos para ser objeto de críticas por el carajal de la ley del “solo sí es sí’, pero lo de las huestes cavernarias contra ella se ha ido de madre. Como botón de muestra, esto de Mayte Alcaraz en El Debate: “Pueden ir cerrando los despachos de abogados de violadores y pederastas porque tienen en la ministra de Sánchez -el verdadero responsable de esta aberración- una competencia imbatible. Ya veo a los malos hacer cola en el Ministerio de Igualdad para que Irene y sus coleguis les lleven la defensa”. La pieza se titula Las manadas se lo agradecen.

“Comunista e idiota” - Por ahí ha ido también Federico Jiménez Losantos, aunque en el título de su vomitona en El Mundo, añadía dos culpables más: “Pedro Sánchez, Irene Montero e Inés Arrimadas, con los violadores”. Eso sí, en la letra menuda, la bilis hirviente se vertía en la ministra: “Ser comunista como Irene tiene ventajas indudables: si eres idiota y haces una idiotez, pero tienes el poder, nadie puede decírtelo a la cara. Y llegan unas lerdas, que se negaron a leer tres informes y dicen que necesitas cursos de perspectiva de género. ¡Que las lerdas te los darán!”.

“El Macho que...” - También en El Mundo, Arcadi Espada, se embadurnaba de Abrótano Macho para lanzar su regüeldo: “El problema particular de la democracia española no es el de qué extremo ideológico se sienta en el Consejo de Ministros sino qué inteligencias. Además de hacer leyes con su tiro en la culata inserto reaccionan como crías escocidas cuando la realidad se toma su habitual venganza. Se ponen a insultar y enseguida les sale el macho que quieren dentro. Como para hacer leyes”. 

“Gobierno de la violación” - Suma y sigue, Irene González titulaba su desparrame en Vozpópuli así: “El fin del Gobierno de la violación”. El recado, curiosamente, era para el mesías de Génova, al que culpa ser un blandengue: “Feijóo está dedicado a no insultar a Sánchez y en prohibir los coches de más de 10 años cuando debería mostrar que es un escándalo irrespirable e insostenible. Sin embargo empieza a serlo para las mujeres que exigimos que dejen de humillarnos y ponernos en peligro desde un Gobierno que beneficia a los violadores”.