Qué les voy a contar que no imaginen. Cada parroquia ha elegido a su santo como ganador del intercambio de guantadas de ayer en ese cementerio de elefantes y centro de siestas que atiende por el Senado. En la parte diestra, que es de la que se ocupa este humilde corta-pegador de ocurrencias, no hay ni la menor duda de que Sugar Feijóo dejó para el arrastre a Dirty Sánchez. Pasen de párrafo, que se lo documento.

“En un debate, con todo a favor, el inquilino de La Moncloa cosechó una derrota sin paliativos"

La Razón

Así, el portadista de La Razón no se corta: “Feijóo confirma su liderazgo bajo el ataque feroz de Sánchez” es su apuesta de apertura. El necesario complemento es un editorial encabezado todavía con más entusiasmo: “Feijóo doblega a Sánchez y sus insultos”. La crónica del combate se resume así: “En un debate, con todo a favor, incluida la irrupción del presidente de la Cámara, el inquilino de La Moncloa cosechó una derrota sin paliativos. Si su meta era haber aprovechado el cara a cara como palanca de una recuperación política, el fracaso habrá sido aún más doloroso”.

Contra la crisis, barro”, se rasga las vestiduras el editorialista de ABC, que en este caso, se escaquea de nombrar a su chico como vencedor, seguramente porque sabe que no lo fue. Pero para contrarrestar eso, siempre queda un recurso de buscar un perdedor global: “Fueron los españoles quienes perdieron un debate que si algo puso de manifiesto es el propósito de Sánchez de agotar la legislatura con sus actuales socios de gobierno y la mayoría independentista que le soporta. Por tanto, ninguna novedad”.

“Sánchez es un yonki del poder que ante la perspectiva verosímil de perder el cargo no le va a ahorrar a su rival una trampa ni un golpe bajo"

Ignacio Camacho

La otra idea repetida por la mayoría de los amanuenses del vetusto diario es que Sánchez es un tramposo sin principios. Así lo dice, por ejemplo, Ignacio Camacho: “Sánchez es un yonki del poder que ante la perspectiva verosímil de perder el cargo no le va a ahorrar a su rival una trampa ni un golpe bajo. Está más que nervioso, desesperado, y además de no sentir ningún compromiso con la verdad carece de embarazo a la hora de arrollar cualquier mecanismo de contrapeso democrático”. ¿Un golpecito de estado, don Pedro?

En Libertad Digital, donde Feijóo pasa por mingafría, esta vez se le arropa para cargar contra el requetevillano. “El final del sanchismo”, titula Pablo Molina, mientras Emilio Campmany tira con más intención y opta por “El otoño del patriarca fullero”. El editorialista, por su parte, se suma a otra corriente bastante extendida para proclamar que “Sánchez pasa a ser líder de la oposición a Feijóo”.

Por ahí va también el autor del editorial de El Mundo. “Sánchez pasa a ser líder de la oposición a Feijóo”, se lee en lo alto de la pieza. Jorge Bustos lo dice de otro modo: “Sánchez aspira a Moncloa”, y presenta todo su escrito jugando a cambiar los papeles. Este es el arranque “El líder de la oposición, Pedro Sánchez, aprovechó ayer la sesión en el Senado para arremeter contra la política energética del presidente Feijóo”.

Sánchez, el oso Mitrofán, según Losantos

"Sánchez está tan fuera de sí, que recordaba a Mitrofán, aquel oso ruso al que emborrachaban para que Campechano no corriera riesgos venatorio

Federico J. Losantos

En la columna de la izquierda de esa misma página, Federico Jiménez Losantos se da un festín de vitriolo: “Ayer [Sánchez] no sólo fue incapaz de evitar las trampas que le puso el jefe de la oposición, sino que se adelantó a ponérselas él mismo. Está tan fuera de sí, tan políticamente desnortado, que recordaba a Mitrofán, aquel oso ruso al que emborrachaban para que Campechano no corriera riesgos venatorios”.

Y como esta tan dura la batalla por destacar entre los opinateros de Unedisa, Emilia Landaluce no duda en buscar un titular con alusiones sexuales: “Presidente para ‘ninfómanos’”. En la letra pequeña se habla de un gang-bang y se insiste en lo de la ninfomanía: “Hasta le dijo a Feijóo que iba muy «justito» y se dedicó a descalificarle como si se hubiera dejado crecer la coleta. Poco institucional. Seguía en su gang bang presumiendo de miembros de su Ejecutivo. Pero solo los ninfómanos (y el ninfo es él) se lo tragan”. Ese último verbo también...

En Vozpópuli, si me perdonan la chanza tontorrona, José Alejandro Vara hace uso de su apellido sobre el lomo de Sánchez por su comportamiento en el cara a cara: “Lo preocupante es la actitud que exhibió Sánchez en su disparatada monserga en la que apareció con la actitud de un bonapartín sonámbulo y desmadejado, ofendidito porque su rival le había mentado El otoño del patriarca. ¿Quién se puede ofender porque cite a un premio Nobel como García Márquez", le espetó el gallego. Seguramente, quien no lo ha leído. Hay que cambiar raudamente de asesores en Presidencia. Aquello está a cargo de una gavilla de incompetentes que llevarán a su jefe al precipicio”.

El editorialista de El Español, que suele ser Pedro J. Ramírez en persona, se abona a lo del cambio de papeles que ya hemos visto más arriba: “Lo que no parece haber entendido en este caso Pedro Sánchez es que la labor de la oposición es oponerse. Pero no es labor del Gobierno hacerle oposición a la oposición, sino responder con altura y responsabilidad institucional a esta cuando es interpelado sobre los efectos y la razonabilidad de sus políticas”.

Y para no eternizarnos, terminamos en El Debate, que glosa así la gesta de su patrocinado: “El presidente del Partido Popular ha tenido una brillante intervención en el pleno del Senado en la que logró parar los pies al presidente del Gobierno a pesar de que este tuviera más de cinco veces el tiempo del que dispuso Feijóo. La opinión pública tiene claro quién hace trampas y quién miente. Y ayer Sánchez salió vapuleado de la Cámara Alta”. Oé, oé, oé, oé.