Cooperando, que es gerundio
Las cooperativas, tanto de producción como las de transformación y comercialización, son eslabones importantísimos de la cadena alimentaria moderna
Salirse del corralito y conocer otras experiencias siempre es positivo. Por ello, suelo participar gustosamente en el viaje formativo que Konfekoop, hablando en baserritarrés, la federación vasca de cooperativas, suele organizar anualmente a inicios del mes de septiembre.
Este año el destino elegido fue Catalunya y, así, conocimos varias cooperativas tanto de fruta, arroz, alimentación animal, cebo de terneros y un proyecto social para personas con discapacidad intelectual con estructura cooperativa, La Fageda, volcada en la producción de leche y elaboración de yogures, además de mermeladas y bizcochos.
Un proyecto social que para sí quisieran todas las comarcas, no solo catalanas, y que, a mí me dejó el alma tocada por el humanismo de sus gentes y profesionales.
Por otra parte, en este viaje vimos cooperativas con estructuras organizativas amoldadas a los nuevos tiempos y a las nuevas tareas, que viven inmersas en un proceso de innovación permanente para no perder comba en un mercado complicado, abierto y orientado a un mercado donde cada vez más, manda un consumidor cuyos factores de compra dominantes son la comodidad y el precio.
Ambos vectores de compra son, en muchos casos, antagónicos e irreconciliables. Así, pudimos comprobar cómo la cooperativa de arroceros del Delta del Ebro, tras detectar que el consumo de arroz en el hogar ha bajado de forma notable por la, al parecer, dificultad de cocer el arroz, optó por una nueva planta que cuece el arroz y lo envasa en unos vasitos que, tras introducirlo un minuto en el microondas, está listo para su consumo. Un pastizal invertido para que usted y yo vivamos más cómodos.
Eso sí, como imaginará, la comodidad tiene un precio y, en concreto, tras entrar en la web de una importante cadena de distribución, compruebo que el kilo de arroz Nomen (marca comercial de esa cooperativa) se vende a 1,99 euros, mientras comprando el vasito, el kilo sale a 7,46 euros, es decir, un precio un 274% superior. Eso sí, tras comerse el vasito, para aliviar las penas, usted seguirá consolándose con lo cara que está la alimentación.
En fin, para cerrar el círculo cooperativo, les informo, si no lo sabían ya por los medios de comunicación, que Konfekoop ha nombrado nuevo director de la entidad a Mikel Larrea, hasta ahora gerifalte de Eroski, en sustitución de Iñaki Nubla, que se encuentra en la feliz vía de salida hacia la jubilación, aunque, todo sea dicho de paso, esté en plenas facultades.
Iñaki Nubla, una persona discreta a la que muchas personas, yo incluido, cooperativas y otras entidades que conforman el ecosistema agrario vasco echaremos mucho en falta.
Sensibilidad y cercanía
Espero, y confío, que el nuevo director, Mikel Larrea, al que le deseo la mayor de las suertes, tenga, cuando menos, la misma o mayor sensibilidad y cercanía al sector primario mostrada por Nubla, un sector que Larrea conoce bien, pero hasta ahora desde la parte compradora y distribuidora de los alimentos, entre otros, de esas cooperativas alimentarias que ahora deberá defender.
Las cooperativas, tanto de producción como las de transformación y comercialización, son eslabones importantísimos de la cadena alimentaria moderna. Por cierto, una cadena alimentaria a la que la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo ha dedicado su atención recientemente, aprobando el informe que refuerza la posición de los productores en la cadena alimentaria.
El informe aprobado contempla el aumento del uso de contratos por escrito, la integración de indicadores económicos objetivos y el refuerzo del papel y el peso de las organizaciones de productores.
La reforma ampliará la contractualización, respetando al mismo tiempo las diferentes situaciones de los Estados miembros con un sector primario europeo tan diverso, además de las especificidades de cada sector, blindando especialmente al sector lácteo. Recoge elementos obligatorios en los contratos escritos para tener en cuenta las fluctuaciones del mercado y las condiciones económicas cambiantes, como los costes de producción.
Por cierto, este último aspecto, la obligatoriedad de introducir en los contratos factores cambiantes como son los costes de producción, es una cuestión vital para el sector productor, el eslabón más vulnerable de la cadena, y asegurar la rentabilidad de la actividad.
Una pelea en la que el sector productor vasco está muy presente y que será, tal como anticipaba la organización agraria Enba, en adelante, la columna vertebral de su acción, incidiendo especialmente, en algunos de los subsectores actualmente más vulnerables como son el vacuno de carne, leche de ovino y la manzana para sidra donde los informes de costes del observatorio Behatoki del Gobierno Vasco jugarán un papel fundamental.
Termino. En esa comisión, y a falta de su ratificación en pleno parlamentario, quisiera destacar que dicha votación también ha aprobado un logro histórico para el sector ganadero: que denominaciones tradicionales como “filete” o “hamburguesa” se reserven exclusivamente a productos provenientes de la ganadería. Ya era hora de que llamemos a las cosas por su nombre.