as cuentas vascas para el próximo año ya disponen de cifras concretas que apuntan a un escenario especialmente propicio para dar a Euskadi el impulso necesario que logre revertir los nefastos efectos económicos generados por la pandemia y favorecer su recuperación y relanzamiento a todos los niveles. Se trata, por ello, de los presupuestos más estratégicos de la reciente historia de la CAV, porque de ellos -de las inversiones que esboza, de las partidas que contiene, de la estabilidad que genera- depende gran parte de la futura generación de riqueza y empleo y, con ello, del bienestar de la ciudadanía. Más allá de que el proyecto presentado ayer por el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, sea el mayor de la historia de Euskadi -con un montante global de 13.108 millones de euros-, las cuentas redoblan la apuesta por el gasto social, con casi ocho de cada diez euros destinados a Salud, Educación, Empleo y Políticas sociales, así como por la perspectiva de género y el I+D. Junto a ello, el mayor salto cualitativa y cuantitativamente se sitúa en el dinero disponible para inversiones, con un montante de más de 1.600 millones, un 50% más que el año anterior. En una primera lectura, y a falta aún de su desglose y mayor concreción por departamentos, los presupuestos son razonables, coherentes con los recursos disponibles y acordes al momento y la situación previstos y a los objetivos establecidos de recuperación y relanzamiento pospandemia, sin olvidar que no están incluidos aún los fondos europeos de recuperación que lleguen a la CAV. Este escenario ha sido posible por el esfuerzo general realizado que está dando sus frutos con la mejoría de la recaudación y por la gran oportunidad que supone la suspensión de las reglas fiscales de la UE, que permite una mayor inversión pública. A partir de ahora, y tras su próximo registro en el Parlamento Vasco y las comparecencias de los consejeros, el proyecto entrará en la fase de negociación con los grupos de la oposición -todos salvo Vox- con el objetivo de recabar apoyos para su aprobación con mayor consenso que la mayoría que sustenta al Gobierno (PNV y PSE), más que suficiente en todo caso. Será el momento del diálogo para posibles retoques y mejoras de unas cuentas que merecen una aproximación leal y realista, no dogmática ni de mera búsqueda de castigo al Gobierno dado el momento histórico que se avecina.