a pandemia del covid-19 está arrojando datos preocupantes en los últimos días en Euskadi. Aunque las muertes vinculadas al coronavirus se han reducido de manera drástica hasta el punto de que la CAV no ha registrado fallecimientos en las dos últimas semanas y la presión hospitalaria también es menor que en olas anteriores, las últimas jornadas invitan a incrementar la prudencia y las medidas de prevención. Euskadi acumula ya cinco jornadas consecutivas con más de 1.000 nuevos contagios diarios y la tasa de positividad se ha disparado hasta el 12,7%, el porcentaje más alto desde la primera ola, mientras que los positivos acumulados en catorce días por cada 100.000 habitantes se sitúan en 548,39. Estos datos dibujan una CAV de nuevo en rojo, con 42 personas ingresadas en UCI y 164 hospitalizadas en planta, 77 más que hace una semana. La mayor movilidad e interacción social propias del verano auguran, por tanto, tiempos aún muy complicados. El fin del estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez el pasado 9 de mayo y el relajamiento en la obligatoriedad del uso de la mascarilla decidido el 26 de junio, junto al veto impuesto por determinadas decisiones judiciales a medidas que pretenden adoptar las comunidades autónomas, están suponiendo objetivamente una dificultad añadida para la adopción de medidas con las que frenar la expansión del virus. El Ejecutivo español no parece, sin embargo, darse por aludido y no se muestra dispuesto siquiera a reconsiderar o al menos afinar y readaptar algunas de sus decisiones, a todas luces excesivamente precipitadas, como podría ser retomar la obligatoriedad de las mascarillas -elemento que se ha demostrado clave para controlar la pandemia-, como le están pidiendo desde el lehendakari, Iñigo Urkullu, a presidentes y responsables de otras comunidades como Cantabria, Catalunya, Castilla y León y, con matices, Baleares. Sobre todo, si, como sucede, se priva a las autonomías de un paraguas jurídico, lo que limita aún más su capacidad de decisión y actuación. El decreto que eliminó la obligatoriedad de los cubrebocas debe ratificarse este miércoles -25 días después de su entrada en vigor- por el Congreso de los Diputados, aunque Sánchez parece contar con los apoyos suficientes para convalidarlo. Y los votos siempre han contado más para el presidente que las decisiones compartidas y la cogobernanza.