Hoy es el día. Esta noche sabremos, más o menos, a quién le ha caído el marrón. Y es que a juzgar por el cuadro que se nos pintó en el debate a siete del martes en ETB, tenemos a Euskadi hecho unos zorros. Echemos cuentas: Osakidetza, como desastre máximo, desparramada en recortes, privatizaciones, escasa de médicos y sobrada de enchufados; la vivienda, pasto de rentistas y fondos buitre, inaccesible para los jóvenes y los asalariados; la educación, elitista y privada para unos y foco de adoctrinamiento para otros; la industria, en declive y sin rumbo; la delincuencia, campando por nuestras calles; los subsidiados viviendo del cuento y sin dar un palo al agua; el autogobierno, una quimera… No hace falt5a detallar quiénes han sido los culpables de este destrozo. Uno no acaba de casar este sindiós con el 75% de los encuestados y encuestadas de Euskadi que reconocían hace dos meses que estaban satisfechos con su vida.

Bueno, era un debate, sólo una especie de desahogo televisado en el que cada candidato o candidata tenía barra libre para venirse arriba y atizar a quienes hasta ahora venían mandando, para modular la acritud o la autocomplacencia a la medida de las encuestas. Y son precisamente las encuestas las que han inducido tanto a los políticos como al personal de a pie a considerar las elecciones de hoy como novedosas, decisivas, comienzo de un cambio de ciclo.

A los que hoy sólo nos queda la tarea de votar, además de manifestar cada quién su preferencia nos corresponde el deseo de que sea quien sea el que va a gobernar, lo haga con la máxima honradez y orientado al bien del país, gobierne para todos y cuente con todos. Está claro que ninguno de los partidos contendientes va a lograr una mayoría absoluta y habrá que pactar. Ya se verá cuál va a ser la fórmula, pero muy pronto sabremos a quién le va a tocar arreglar todo esto, y espero que `para ello podamos respirar un ambiente político de diálogo, de visión compartida y de máximo respeto. En campaña cada partido ha dado a conocer sus propuestas y sus soluciones para enderezar tanto desastre, así que por el bien de todos sería de esperar que pusieran sus aportaciones a disposición de quien le toque arreglar esto. Para tanto y tan importante que está por arreglar, no sobra nadie excepto quien no respete los mínimos democráticos.. Y que se me perdone la ingenuidad,

Tenemos derecho a soñar con un ambiente político respirable y no podía caernos mayor desgracia que a partir de mañana ya volvamos a caer en estado preelectoral como el espectáculo al que asistimos con epicentro en Madrid. A estas alturas, la clase política ya debería ser consciente de la desafección, el rechazo incluso, que tantos años de crispación, desencuentro y corrupción han provocado en buena parte de la sociedad. La política está para mejorar la vida de la gente, no la de los electos, y los políticos nunca deberían llegar a comportarse como hooligans. Por supuesto, aquí cada uno o cada una desea que sea al suyo al que le toque arreglar esto, pero deberíamos tener claro que o arrimamos todos el hombro o sólo nos quedará el sabor ácido de que cuanto peor, mejor.