ucha gente asiste con palomitas a esa pelea goyesca entre dos grupos de jóvenes que, a su vez, se dividen en cédulas y corrientes, que a su vez... Algún veterano se acordará del Frente Judaico Popular, Frente Popular de Judea y Frente Popular del Pueblo Judaico, pero tras las recientes tortas uno recuerda sobre todo aquella canción de Eskorbuto: "La gente compra armas para defenderse de más gente que compra armas para defenderse de más gente que...". Una de las facciones en liza ha hecho público un mensaje donde denuncia hasta tres veces el uso de la violencia organizada -"biolentzia antolatua"-, sintagma nominal que viniendo de quien viene ha logrado unir en la carcajada a parte de los espectadores, incluidos miembros de la facción adversaria. Esto lleva camino de convertirse en culebrón de verano.

Hablando de cine, contaba Ion Arretxe en Intxaurondo: la sombra del nogal que un día su cuadrilla, a la sazón casi toda de HB, se disponía a ver La muerte tenía un precio en un ciclo dedicado a Sergio Leone. Y que, al enterarse, alguien le espetó: "¿Vais a hacer el juego a los de Euskadiko Ezkerra? Porque lo del cine lo han organizado ellos". Pueden imaginarse el final: "No vimos la película. En Rentería éramos así". Yo ignoro si lo eran y si aún lo son, pero sí creo que en general somos todos un poco así. Y también creo, es más, casi lo veo, que entre tanta camarilla, clan y bandería ya estará medrando ese chaval que, a codazos, conspiraciones, saltos de pértiga y renuncias oportunas antes de alcanzar mi edad ya habrá alcanzado el calor de algún escaño, fundación, empresa pública o asesoría a doblón. Juventud, divino tesoro. l