Txirrita
Los muertos que vos matáis gozan debuena salud. Falsamente atribuida,deviene a estas alturas inútil negar ala gente que esa conocida frase correspondaal Don Juan Tenorio de Zorrilla. Menossolemne y más irónico se mostró MarkTwain en circunstancias parecidas, cuandose vio obligado a enviar a la prensa una notadiciendo que los rumores sobre su muerteresultaban exagerados.
Aquí entre nosotros, el gran Txirrita tuvo ensu día que escribir unos bertsos para desmentir la noticia de su fallecimiento, quehabía aireado a los cuatro vientos laetxekoandre de Aurrin-azpi. El caserío deErrenteria, llamado también Aurrin-behe,se sitúa en las faldas de San Marcos. Antonio Zavala ya se encargó de aclarar que lafamilia de aquella mujer nada tenía que vercon sus posteriores moradores. Aquellasestrofas siguen siendo muy populares entrenosotros gracias a la bella recopilación queLete, Valverde y Lekuona nos ofrecieronhace ya 45 años.
Ciertamente, tenemos el entorno plagado depregoneros deseosos de anunciar prematuras muertes, que de tanto ansiarlas terminan por creérselas ellos mismos. Ha sucedido varias veces con Puigdemont, quien laúltima ocasión les refutó, no con bertsoscomo Txirrita, pero sí con más de un millónde papeletas en forma de votos. El supuestopinchazo de la última Diada de Cataluñatambién supuso para muchos sesudos analistas el ocaso de un movimiento que solo(¿¡solo!?) reunió a 600.000 personas. Lasinmensas movilizaciones posteriores leshabrán obligado a retrasar la publicación dela deseada esquela.
El último ejemplo lo hemos tenido esta misma semana, cuando el Bloque Quebequés halogrado 32 escaños en las elecciones de Canadá, frente a los 10 que tenían antes. Un muerto más que sigue vivo, para desgracia de estosilustres ignorantes que durante los últimosaños nos han aburrido con sus peroratassobre el declive de todo aquello. También delo de Escocia, por cierto. Es lo que pasa cuando confunden deseos con realidades y no sepercatan de que siempre se encontrarán conun Txirrita que deje las cosas en su sitio.