la ínclita política popular, en estos momentos en parada técnica pero a la espera de volver a las aguas turbulentas de la pelea partidista, Esperanza Aguirre ha aprovechado su presencia como invitada en un programa de Telemadrid para pegar un zarpazo a los actuales gestores socialistas del medio y denunciar con evidente mala educación y absoluto olvido de lo que fue esta cadena autonómicas en su época de responsabilidad y corrupción rampante con personajes como Ignacio González y sucedáneos, que ella no supo atajar y parar en sus quehaceres fraudulentos y mafiosos.

Ahora la señora denuncia el clientelismo, nepotismo y manejos socialistas sobre periodistas y responsables públicos televisivos. Se descolgó en medio del plató denunciando exactamente las prácticas que su partido ha ejecutado en RTVE y teles autonómicas bajo su férula. No es la única política popular que denuncia ahora como pecado, lo que practican ellos desde el comienzo de los años democráticos.

Larga nómina de profesionales, que según el sesgo de quien mande en el medio, se ven aupados a programas estelares o rechazados a cuartos oscuros del ostracismo y arrumbamiento profesional, que ya se sabe cómo se las gastan quienes se sientan en las poltronas del poder político público mediático, sirviendo los interés de sus amos, que hoy son azules, mañana rojos y pasado, a lo mejor naranjas, que esto del cambio político es así, y los medios son la palanca de poder que demandan quienes tocan el gustoso pelo del poder.

Cínica y manipuladora Esperanza Aguirre, descarada política que maneja y manipula con artero acierto. Hay que tener jeta para denunciar como malo, lo que uno practica creyendo que es bueno. El Evangelio dijo aquello de no ver la viga en ojo propio y denunciar la paja en el ajeno. Esperanza, ojo de lince.