No es humor ni tampoco medio
Hay maneras de buscar el humor que además de no conseguirlo obligan al resto a presentar hoja de reclamaciones. Esta semana ha habido dos ejemplos nefastos. Uno fue en Intereconomía, un canal que ya no me encuentro pero que sigue con su costumbre de flirtear con el franquismo y lo hacen además sin que nadie les diga nada. El otro día el chiste fue presentar una aplicación que podría decir si eres o no homosexual por los rasgos de la cara o algo parecido. Una excusa perfecta para alardear de macho español por parte del presentador García Serrano. Patetismo televisivo que antes había practicado el inefable Juan Y Medio (que en realidad se llama Juan José Bautista Martín). El hombre después de asomarse con poco éxito por Antena 3 ha vuelto a sus territorios conocidos de Canal Sur donde sobrevive a fuerza de crear programas con un tipo de humor que desde luego ya no se lleva. El otro día se le fue la pinza (o tuvo un momento de inspiración según sus defensores) y tomó unas tijeras y se puso a tajar el vestido de su compañera presentadora Eva Ruiz para cortar toda la tela posible. Y lo consiguió. Un momento televisivo desde luego poco ilustrativo de cara a los más pequeños y muy ilustrativo el mensaje que todavía se manda a los mayores. No nos rasgaremos las vestiduras, pero en estos temas del humor lo provocativo se puede convertir en pesadilla si del presunto chiste se pasa a la realidad. Acabo de leer que han despedido de su trabajo a una mujer que sugirió en las redes sociales que violaran a Inés Arrimadas de Ciudadanos pero también en otras tertulias se han escuchado frases como la de que habría que fusilar a quienes participen en el referéndum del 1-O: nadie fue despedido. Si el futuro televisivo de estas teles es el humor, que se dejen asesorar por quien lo practica. En el oficio de humorista se vive en la bipolaridad. Y los ajenos entramos en él casi siempre como elefante en cacharrería. Vamos que en lugar de risa se provoca daño.