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De pasta televisiva

la patronal federativa del fútbol profesional desenterró hacha de guerra y amenazó con huelga. El gran jefe sioux Villar sacó las garras en compañía de los malpagados profesionales de AFE y se enfrentó a todo dios, políticos incluidos, para que enseñarles que la RFFE es mucho solomillo para escasa mandíbula del CSD y que en temas del negocio futbolero hay que contar con ella y repartir la pasta, que de eso se trata, con mayores cantidades para la mencionada entidad ya que FIFA se siente independiente en el orden mundial. Es un juego de dineros, de egos, de pasiones desatadas en el espectáculo mayor de la tele, ya que cualquier partido de empaque concita la atención de millones de espectadores, muy por encima de series, películas o programas varios. La nueva modalidad de venta centralizada de derechos televisivos se presenta como maná para equipos en quiebra y ruina, por mucho oropel que luzcan. Por cierto, hablando de dinero, hay que mencionar los ingresos progresivos de las cadenas en el primer trimestre del año en curso, como por ejemplo Antena 3, que ha superado en un 40% las cantidades facturadas del año anterior; a lo mejor los brotes verdes de la recuperación son verdad, esta vez. La publicidad televisiva está tirando del negocio y las fragmentaciones de los programas para dar paso a los anuncios, se multiplican y amplían su duración de 15 segundos a 7 minutos, lo que enriquece a la estación pero cabrea al espectador que se siente atrapado entre la escena parada y la publi encadenada, ya que de que eso va la estrategia de programación comercial y en este campo nuestros programadores son auténticos hachas en el quehacer.