La cantante de Russian Red, que es un grupo y no una marca de cigarrillos finos, se ha visto obligada a cerrar su cuenta en Twitter -¡qué suerte!- tras escribir esto: "La manera de combatir la falta de belleza es la extrema delgadez". No he escuchado nada de su música, salvo una versión de un tema de Leonard Cohen que me pasaron y que me pareció de una languidez sideral -hay como una puta manía de cantar lánguido como si estuvieras a un paso de cortarte las venas que dan ganas de cortárselas de verdad y seguir por las arterias-, así que le deseo que venda muchos discos, dé muchos conciertos y que el destino le depare una vida larga, fecunda en amigos y amor y 700 kilos de grasas saturadas en el abdomen por jalar nuggets de pollo. Y un cerebro reseteao, también. Lo curioso del caso es que siempre se ha oído -injustamente- que son las y los deportistas los que deben suponer un ejemplo para la juventud -a saber por qué hay que meterles esa carga incomprensible- y salvo casos aislados como Maradona y Julio Alberto haciendo anuncios contra las drogas mientras se esnifaban hasta el alcanfort, pocos son los que han ido o van dando por ahí lecciones o enviando mensajitos estúpidos de estos a los que tan acostumbrados sí que nos tienen cantantes, actores y actrices y gente de esta diversa del faranduleo y el farseo en general. Y desde que las redes sociales se han convertido en una realidad imparable, aún más. La chica esta se apresuró luego a matizar su frase, a tratar de explicarse y todo el proceso habitual, pero el mal ya estaba hecho, y a ver qué se saca de la manga para que el público recuerde que es una cantante y no un guiñapo. A mí por eso todas estas cosas de las alfombras rojas y la gente esperando horas y gritando me produce terror. Y ahí sigue.
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