hay algo que comienza a unir el final de los capítulos de Amar en tiempos revueltos con los primeros de Cuéntame como pasó. Los personajes de la primera de las series hace tiempo que dejaron la oscura postguerra y ahora avanzan a toda velocidad por la década de los sesenta. Es posible que un día de estos nos encontremos a Manolita cruzarse en el mesón con Antonio Alcántara, que sale a tomarse un café en sus tiempos de ordenanza en un ministerio. Lo cierto es que por Amar en tiempos revueltos ha dado un giro forzado en muchas ocasiones para conseguir buenos personajes, al igual que en su día hizo Cuéntame. Ahora tenemos periodistas, actrices de cine y hasta detectives privados, puro cine negro trasladado a la televisión de sobremesa. La serie se ha trasformado tanto que ni siquiera se mantiene la canción que llevaba el título de la serie y que hacía de sintonía, que se cambió sin previo aviso por la desgarradora Volver a comenzar. Al oírla es difícil distinguir si detrás está la voz de Mónica Molina o es Nuria Fergó. Ya no lo intento, pero me he tomado la licencia de recoger la letra de la canción porque por más que la escucho no consigo quedarme con ella. Ahí va: "Al despertar con la luz de la mañana y renovar otro día más la fuerza para amar en tiempos revueltos. Descubrir sin quererlo así, lo frágil que es vivir decidiendo a cada paso un porvenir de futuro incierto. No es sencillo avanzar olvidando lo vivido cuando tanto se ha dado por perdido y el camino es volver a comenzar. Le canto al viento por todo el que venció su desaliento; le canto al mar por todo aquel que tuvo que olvidar para empezar." Una letra que es como el resumen de la historia de nuestra televisión. Ahora el desaliento viene de la mano del PP, que ha cambiado la ley para imponer director en RTVE. De aquella caspa revuelta del franquismo vienen estos lodos de autoritarismo.