dICEN que en Holanda que los payasos son una especie en peligro de extinción. Los pocos que quedan se van a manifestar ante la televisión pública de los Países Bajos porque se sienten discriminados. Quieren mayor cuota de pantalla y la van a pedir. Por aquí los gremios marginados por la televisión en general son tantos que no habría días en el año para poder manifestarse. Es posible además que los payasos que antes claramente se les reconocía por su nariz, como Fofó o Krasty, ahora prescindan de pintarse el apéndice nasal de rojo. Aquí presentan programas donde se trocea el corazón de quien se arrime y de otras víctimas que, no quieren saber nada, pero los destrozan igualmente. Salvo Pirritx eta Porrotx el resto de los payasos han mutado a otras personalidades. Buena parte de los programas serios están hechos por humoristas. Ahí tienen los informativos de Matías Prats. No me digan que no le vendría bien ponerse una nariz roja cuando lo mismo te cuenta la caída de la Bolsa afectada por la crisis de los bancos que luego te aparece en un anuncio hablando maravillas de alguna de sus cuentas corrientes y depósitos. Humor negro es el que atesora Pedro Piqueras con cierto parecido hasta en la manera de aullar las noticias al difunto Charlie Rivel, cuando con media sonrisa llena su informativos de noticias truculentas dignas de las páginas de El caso. Para cómicos los de TVE la rectificación de María Casado por haber recuperado el mapa del tiempo de la antigua ETB cuando las borrascas y las bajas presiones también salían de Guipúzcoa, Álava y Vizcaya. Yo espero que en Holanda a los payasos les den más bola en televisión pero tampoco estaría mal que, si no lo consiguen, lo intenten en los informativos. Ahí tienen se les abre un campo que por aquí ya lo tienen cogido la mayor parte de las cadenas de la nueva TDT.
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