Síguenos en redes sociales:

Año Mariano

YO, lo siento, a un tipo que se llama Mariano no le puedo votar. Sería acercarme a la urna y ver reflejadas en las gafas del presidente de mesa -siempre tienen gafas- a Karra Elejalde rodeao de maría y a Pepín Tre hablando de la sexta destilación. Un voto lisérgico. Pa eso voto a los del Partido del Cannabis, que no sé si se presentarán a nivel nacional, pero que deberían pensárselo, porque, como dice el amigo Alberto, "son los únicos que cumplirían la única cosa que han prometido cumplir". Mariano, en cualquier caso, es muy posible que gane las próximas elecciones, sean cuando sean, aunque como le gusta el ciclismo a mí me recuerda cada vez más a Millar en la etapa de Segovia del 85, que hasta se iba abrazando con los rivales al comienzo del día al verse ganador, entre su director y unos cuantos más le tendieron una emboscada y 26 años después aún no se explica cómo perdió aquella Vuelta. Hay que ser gilipollas, la verdad. Mariano piernas tiene de sobra, pero ya ha demostrado, también de sobra, que es capaz de perder cualquier cosa que se le ponga por delante. Claro que tampoco puedo votar a un tipo que se llama Alfredo, porque me acuerdo de Peckinpah y su Quiero la cabeza de Alfredo Chacón, que no es una peli lisérgica pero sí muy alcohólica, como el propio Peckinpah. Yo es que siempre he sido de los del voto inútil, no como Sabina, que fue estallar lo del 15-M y darle un vuelco los intestinos. Esperemos que se recupere y siga perpetrando ripios. Así estando la mar, el panorama este dolbysensorraun es francamente estimulante, de esa estimulación que te hace desear estar en otro sitio, con otra gente, en otro cuerpo, en otro idioma. Lástima que Tom Wolfe no tenga mail, para poder preguntarle cómo mezclaba él sus ponches caseros de ácido lisérgico.