Hay momentos en que pienso que la vida es como un piano. Las teclas blancas representan los momentos felices, y las negras, los momentos tristes. Ambas le dan música a la vida. La vida está hecha de alegrías y tristezas, de momentos positivos y negativos, de luces y sombras, y hay que aceptar esta dualidad con realismo y serenidad. De lo contrario seremos ilusos o derrotistas, y ninguna de las dos actitudes es correcta. Siempre he pensado que vivir es un regalo, es decir, que la vida es mitad regalo y mitad tarea. Agradecimiento y trabajo es la síntesis de nuestra existencia. Vivimos tiempos difíciles por razones económicas y pandémicas. La palabra libertad debe suponer solidaridad. Es fundamental no ser elementos de contagio ni peligro público. Quiero ser agradecido por lo que hemos recibido y debemos seguir llenando el otro medio vaso que falta con lucidez, esfuerzo y tenacidad. Creo que la vacunación es un acto de ciudadanía, de solidaridad y de coherencia. Que esto se cultive y se cuide es respetar la libertad solidaria y cívica. El medio vaso de abajo es lo que hemos recibido de los demás y el medio vaso de arriba es lo que vamos aportando nosotros con nuestro trabajo y esfuerzo. Los Centros Sociales de Jubilados quieren ser sujetos de responsabilidad y de solidaridad en estos tiempos amenazantes del virus, ya que parece que la sexta ola está al caer.