La populista, crecida y creída Ayuso, rehén de la maquiavélica mente de su jefe de gabinete Miguel Ángel Rodríguez -quien a juzgar por lo visto mantiene la técnica de esparcir la antipolítica con la siembra de mentiras, el espectáculo chabacano, el desprecio institucional y la grosería más tosca-, provoca el pánico en Génova al postularse a la dirección del PP madrileño. Este movimiento ha originado un rifirrafe público. Al desconocer hasta dónde es capaz de llegar una irritada Ayuso, un alarmado y receloso Casado deberá ir con pies de plomo para preservar como sea la poltrona que comienzan a moverle sutilmente.El momento escogido, descabala la inmaculada programación que Casado atesoraba para su Convención Nacional, prevista para el próximo 27, a la que Ayuso, abriendo una tregua, finalmente asistirá para no tensar sus opciones de conquistar Génova en el futuro.Tras el armisticio, Casado no tendrá más remedio que mostrarle a Ayuso una “mesa del diálogo” similar a la que tanto critica.