Muchas veces he pensado que nuestra sociedad no sólo es masculina sino machista. La verdad sea, no me gusta el término, pero la realidad es tozuda y esto es preocupante. Desde siglos estamos hablando de la igualdad y en estos últimos años de la igualdad de género. Qué pena que en el 2021 tengamos que reivindicar y no celebrar la igualdad. Igual pueden resultar estas líneas poco matizadas y demasiado rotundas. Desgraciadamente sin el factor femenino en la dirección y en la igualdad social, la sociedad resulta hosca y desabrida. Creo que la mujer en los entornos rurales necesita más accesibilidad y menos aislamiento y soledad no deseada. Necesitamos apostar más por la igualdad de género en los cuidados, acabar con la brecha de género en las pensiones e ir adaptando medidas más realistas y activas en la conciliación laboral y profesional. Es importante subir cuantitativamente las pensiones de viudedad. Una sociedad en donde los puestos directivos solo estén ocupados por hombres adolecerá de auténtico humanismo. Tenemos que seguir actuando y educando a jóvenes y adultos en valores de igualdad. El poeta nicaragüense Rubén Darío decía: "Sin la mujer la vida es pura prosa". Para la vida diaria es necesaria la prosa y la poesía. Necesitamos los dos elementos. Son complementarios. La vida sería mucho más humana si supiéramos combinar adecuadamente prosa y poesía.