Kaixo, Pili. He sabido por los medios de comunicación de tu iniciativa para que la Fiscalía investigue la posible vinculación del expresidente Felipe González con los GAL. También he sabido que has impulsado la creación de una plataforma para que se esclarezca qué fueron realmente los GAL, quién los creó y financió, y quién los protegió. Yo conocí a tu hermano. Hice el instituto en Tolosa y teníamos amigos comunes, por lo que coincidimos en muchas juergas. Éramos muy jóvenes y era lo que tocaba. Recuerdo a un chico alegre y vitalista, con una personalidad muy atrayente; todos le queríamos y muchos le envidiábamos. Pero eran tiempos convulsos, y aunque hoy es fácil reconocer el inmenso error que fue continuar con la lucha armada tras la amnistía del 77, entonces las cosas no estaban tan claras y, como tu hermano, muchos jóvenes, la gran mayoría más idealistas que otra cosa, optaron por integrarse en ETA. Como todo el mundo sabe, el final de tu hermano, como el de Joxean Lasa, constituye seguramente el episodio más cruel de toda esta historia: tres meses de secuestro, torturas, asesinato y desaparición... y nadie pagó por ello ni nunca salió a la luz toda la verdad. Hubo, eso sí, juicio y largas condenas, pero, como todos sabemos, tras esta simulación de justicia todos los culpables se fueron de rositas. Y bien, ahora has decidido pedir que se sepa toda la verdad; no pides venganza, como sí lo hacen otras muchas víctimas, sobre todo de ETA, y los partidos que quieren aprovecharse de su dolor. Sabes que la venganza no es justicia, que es únicamente obtener satisfacción con dolor ajeno, y que es, por lo tanto, un sentimiento perverso y malsano. Sin embargo, la verdad sí es valiosa, pues conocerla es la única forma de sanar heridas y prevenir futuros males. Y en Euskal Herria, por lo visto, nadie tiene demasiado interés en que se conozca todo lo ocurrido. Nadie está dispuesto a reconocer errores y crueldades pasadas. Por esto nos está costando tanto pasar página y normalizar la vida política de este país.Pero no quería terminar esta carta sin recordar a quien has convertido en el objetivo de tu iniciativa: nada menos que el expresidente Felipe González, alias señor X. Yo mucho cariño no le tengo: supuesto socialista devenido en gran oligarca, sin un ápice de escrúpulo que actuó con carta blanca saltándose la ley, ajeno a toda ética y que ahora ejerce, cada vez con menos disimulo, de jerarca todopoderoso aliado de las derechas varias de este país. Todos sabemos lo que hizo y queremos que salga a la luz. Sabemos que es muy difícil que se le investigue judicialmente, pero por ruido que no quede.Ánimo Pili, segi aurrera, bai zuregatik, baita gu guztiongatik ere.