Hace algunos días, en el parque de la parroquia de Zarautz, metido dentro de un saco apareció una persona sin vida. Al parecer, había pasado una de las noches más frías del año, la de Nochebuena, a la intemperie.Estos sucesos desgraciadamente no son nuevos, pues el año pasado murieron en nuestra zona en parecidas circunstancias varias personas. En Donostia diariamente decenas de personas pernoctan en la calle, algo totalmente dantesco. Al alcalde le diría que echarlos de la plaza de la Constitución no es la solución porque a algún lado tienen que ir.En otra carta de protesta que escribí hace algún tiempo también recuerdo que pedía que las puertas de los albergues se abrieran antes, sin dejar que el termómetro bajase a los 5°C, cosa que seguiré repitiendo hasta que me hagan caso.Por otra parte, quiero recordar a buena parte de los temporeros de Lleida y Jaén, que estos días también soportan temperaturas heladoras durmiendo en cualquier lugar, incluso en la calle, mientras sus respectivos gobiernos como sucede con el nuestro, miran para otro lado. Parece que también en esto vamos para atrás.