Nuestro comportamiento social deja mucho que desear, leemos, oímos y escuchamos orientaciones, normas sobre nuestro comportamiento ante el coronavirus. Damos la callada por respuesta y hacemos de nuestra capa un sayo, vamos que miramos para otro lado y nos salimos de la norma sin comerlo ni beberlo. Parece mentira que el ser humano se comporte así ante normas y orientaciones que velan por nuestro bienestar y salud. Hemos estado esperando cierres y confinamientos en estas fechas navideñas y ahora que nos las han publicado, todo son exageraciones, contrariedades y sobre todo buscar resquicios y aperturas para escapar de semejantes avisos médico- sanitarios. No tenemos remedio, a pesar de estar en nuestras manos la salud de las personas, nos la pasamos a la torera y anda, dale a la zambomba y a los petardos y cohetes que Navidad en este año solo hay una y no nos la podemos perder.