Tras varios meses viviendo una situación de excepción, nos hemos hecho a la idea de qué es una pandemia, cómo protegernos y qué consecuencias tiene en nuestra vida diaria. Durante los meses de confinamiento, nos reunimos todos los vecinos en las terrazas y ventanas de nuestros hogares para aplaudir a todos aquellos que salían diariamente a los centros sanitarios para atender, curar y tratar a las personas convalecientes. Cuidaron de nuestros familiares en nuestra ausencia. Y se les consideró héroes.En este momento, nos enfrentamos a una segunda ola. El número de contagios es mayor y las hospitalizaciones están empezando a despuntar en las estadísticas. Se organizan cribados masivos en pueblos y barrios. Pero, ¿qué ocurre en los hospitales? ¿Qué se está haciendo para proteger a los sanitarios? A estas alturas, ya no estamos escasos de EPI pero la presión psicológica es alta y los protocolos no contemplan todas las situaciones que puedan darse. Todos los días acuden personas de diferentes municipios y ámbitos sociales a los hospitales por diferentes razones. ¿Cómo sabemos que las personas que pasan el umbral del centro van acompañados del virus o solos? Existen casos en los que un paciente ingresa y, el primer día, da negativo en la PCR; en cambio, el quinto día de ingreso, es positivo. Ha incubado el virus ingresado y en contacto con muchos profesionales. ¿Y, si, además, añadimos que es una persona con demencia que se quita la mascarilla? ¿Cómo tratar este tema? Por casualidades de la vida, este es un caso muy común. Los profesionales tienen miedo de contagiar a sus familiares. Por tanto, es hora de atender sus necesidades tanto profesionales como personales. Se trata de un sector con falta de personal y debemos cuidar a los que están en activo. Protección es lo único que podemos darles, respetemos las normas cuando acudamos a los centros sanitarios y exijamos a las instituciones que organicen el sistema de forma ordenada y con pautas claras. Protejamos ahora a los sanitarios, exijamos su cuidado ahora que los necesitamos más que nunca.